El alcalde de Baeza, acompañado de la delegada Provincial de Cultura, Mercedes Valenzuela y del párroco de la Iglesia, Mariano Cabeza Peralta y numerosas personas, ha inaugurado oficialmente estas nuevas vidrieras, que vienen a mejorar las condiciones de la iglesia y a contribuir a la belleza y monumentalidad del edificio.
“Se trata de una inversión importante que necesitaba esta Iglesia, ya que las vidrieras existentes correspondían a una rehabilitación realizada en los sesenta, pero no aislaban del frío, ni permitían ver las ruinas existentes en el patio ni aportaban la seguridad y belleza que precisa un templo de estas características”, explicaba Leocadio Marín en el transcurso de la inauguración.
Con estas nuevas vidrieras se da una solución artística a los vanos resultantes en las distintas ampliaciones y modificaciones que ha ido sufriendo la parroquia a lo largo de su historia.
un ‘acierto’
Por su parte, la delegada provincial de Cultura, Mercedes Valenzuela, destacó el acierto que ha supuesto esta intervención que ha permitido renovar el patio del ledificio para el uso y disfrute de todas las personas. “Las nuevas vidrieras nos permiten disfrutar de esta maravillosa obra arquitectónica que es la Iglesia de El Salvador”, declara Valenzuela.
La delegada felicitó a la Corporación municipal de Baeza, a la propia iglesia y a los feligreses por el esfuerzo realizado en la recuperación de estas vidrieras. Desde la Consejería de Cultura la aportación ha sido meramente técnica en cuanto a los proyectos; en lo económico, ha sido el Ayuntamiento el que ha cubierto la actuación.
iglesia de el salvador
La construcción que da unidad al edificio es del XV, fecha a partir de la cual comienzan algunas remodelaciones. La portada de ingreso es del siglo XIII, de estilo tardo-románico, es probable que perteneciera a otra Iglesia.
En el siglo XVI se hizo un intento de ampliación, que no llegó a completarse, como se observa en la parte posterior, en el patio. La torre se terminó en 1535. En el siglo XIX (para otros autores finales del XVIII) se le dio un aspecto neoclásico a todo el edificio que sería retirado y devuelto a su aspecto original durante los años 1968 a 1975, tras una restauración con algunas imprecisiones técnicas.
El interior se distribuye con una planta basilical dividida en tres naves, de estilo gótico-mudéjar, sostenido por siete pares de columnas que soportan arcos apuntados. En el altar mayor se remata la cabecera con bóvedas esquifadas de ladrillo, y retablos barrocos.
Posée esculturas de calidad así como un relieve de la Virgen de Val de Haro muy interesante.