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Filipinas asegura que no cesará en sus esfuerzos de neutralizar a Abu Sayyaf

"No vamos a parar en los esfuerzos conjuntos de las Fuerzas Armadas y la Policía (...) para neutralizar a estos elementos criminales e impedir más amenazas a las paz y la seguridad", indicaron Ejército y Policía en un comunicado

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El Ejército y la Policía de Filipinas reiteraron hoy su compromiso por "neutralizar" a los rebeldes del grupo yihadista Abu Sayyaf, que ayer decapitaron a un canadiense secuestrado en septiembre junto a otras tres personas en el sur del país.

"No vamos a parar en los esfuerzos conjuntos de las Fuerzas Armadas y la Policía (...) para neutralizar a estos elementos criminales e impedir más amenazas a las paz y la seguridad", indicaron Ejército y Policía en un comunicado.

"Se va a hacer uso de toda la fuerza de la ley para llevar a estos criminales ante la justicia", agregó la nota en la que las autoridades enviaron su pésame "al Gobierno de Canadá y a la familia de la víctima", John Ridsdel.


El gobierno filipino, a través del Ministerio de Exteriores, también transmitió sus "más sentidas condolencias" a Canadá y a los allegados de Ridsdel, y tildó su asesinato de "acto de violencia sin sentido".

"El Ministerio de Exteriores condena enérgicamente este acto cruel e inhumano perpetrado por el grupo Abu Sayyaf, y reitera su fuerte determinación de oponerse al terrorismo en todas sus formas", indicó en un comunicado.

Ridsdel, de 68 años, fue decapitado por miembros de Abu Sayyaf, que habían amenazado con matar a una de las cuatro personas secuestradas en septiembre -dos canadienses, un noruego y una filipina- si no recibía más de 19 millones dólares antes de las 15.00 hora local (07.00 GMT) de ayer.

La Policía confirmó anoche que dos hombres sobre una moto habían dejado sobre las 19.35 hora local (11.35 GMT) la cabeza de una persona con "rasgos caucásicos" en una bolsa en la localidad de Jolo, en la isla de Sulu, donde permanecían secuestrados los cuatro rehenes.

"Tenemos que buscar el cuerpo", dijo al diario Inquirer el inspector jefe de la Policía de Jolo, Junpikar Sittin, que no pudo concretar cuál de los secuestrados era el decapitado.

Sin embargo, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, confirmó poco después que se trataba de Ridsdel.

"Canadá condena sin reservas la brutalidad de los secuestradores y esta muerte innecesaria. Ha sido un asesinato a sangre fría y la responsabilidad recae exclusivamente con el grupo terrorista que le secuestró", dijo Trudeau.

Ridsdel fue capturado el 21 de septiembre junto a su compatriota Robert Hall, el noruego Kjartan Sekkingstad y la filipina Marita Flores en un complejo hotelero de la isla de Samal, en el sureste de Filipinas.

El Gobierno filipino subrayó ayer que sus fuerzas armadas hacían "todo lo posible" por rescatar a los rehenes, pero ya en marzo indicó que iban a mantener su política de no negociar con terroristas.

Abu Sayyaf lleva a cabo frecuentes secuestros para pedir rescates con los que se financia, y en la actualidad, además de Hall y Sekkingstad, mantiene bajo su custodia a 19 extranjeros más: 14 pescadores indonesios, cuatro malasios y el holandés Ewold Hurn.

Abu Sayyaf, que se ha declarado seguidor del Estado Islámico, fue creado en 1991 por un puñado de excombatientes de la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética y se le atribuyen algunos de los atentados más sangrientos de los últimos años en Filipinas.

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