Cádiz no se sumó a los paros y las movilizaciones llevados a cabo recientemente por miles de agricultores en las provincias de Almería, Málaga y Granada a causa del hundimiento de los precios en origen por la “precipitación” en la organización, según fuentes del sector hortofrutícola, pero motivos no faltan. Bartolo Ramírez, gerente de la Sociedad Cooperativa Andaluza Nuestra Señora de Las Virtudes, ubicada en Conil, ilustra gráficamente el problema al asegurar que, cuando el consumidor compra tomates en un supermercado, por lo que menos paga es por el tomate. “Se paga más por la caja que por lo que hay dentro”, insiste uno de los responsables de la Cooperativa Virgen del Rocío, Guancho Ibáñez, en Sanlúcar.
Los datos facilitados por la consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, Carmen Crespo, esta semana cifran la magnitud de la agonía que sufren los productores. Con respecto al mismo periodo de la anterior campaña, el precio en origen del calabacín ha caído un 53%; el del pepino, un 41%; la berenjena, un 33%; el pimiento, un 21%; y el tomate, por último, un 14%. Ramírez apunta a la incertidumbre por el Brexit y la guerra de aranceles de EEUU como algunos de los motivos, junto al veto ruso a la exportación. Coincide con Ibáñez en que la sequía pasa ya factura a la huerta gaditana. Pero ambos se explayan cuando hablan de la competencia desleal por parte de terceros países. Es el principal problema. El miércoles pasado, un centenar de productores de frutas y hortalizas, convocados por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), bloquearon el puerto de Motril “por la entrada incontrolada” de mercancía. En este sentido, apuntan que las importaciones de Marruecos a la UE han pasado de 895.727 toneladas en 2009 a 1,3 millones en 2018. En el caso de Egipto, han crecido un 40% en diez años, hasta las 723.694 toneladas. Turquía ha multiplicado por más de 3,5 las cantidades importadas por España desde 2013 en el caso del tomate, con 108.000 toneladas.
La consejera ha anunciado que solicitará información al Gobierno central sobre estas cantidades en el próximo Consejo Consultivo, que se celebra el martes, y ha abogado igualmente por planificar el cultivo para evitar la saturación del mercado europeo y el consiguiente desplome de precios. Pero también interrogará sobre las calidades del producto importado. El responsable de Las Virtudes lamenta que las frutas y hortalizas locales deban cumplir con unas condiciones de uso de productos fitosanitarios que, al otro lado del Estrecho, no existen. “Prácticamente tratamos con contraplagas”, apunta Ibáñez.
Crespo se ha comprometido, al respecto, a pedir al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación más controles por parte de los puntos de inspección fronterizos (PIF) y, entre otras medidas, una nueva Ley de Cadena Alimentaria, el control del reetiquetado, y la defensa de la calidad del producto andaluz en mercados actuales y emergentes porque, ha dicho, “el Gobierno central tiene que defender al sector en la UE y en el resto del mundo”.
Pero tanto Ramírez como Ibáñez consideran que hay que abordar otras cuestiones de capital importancia, entre ellas, la rebaja en los módulos fiscales agrarios y el impacto de la subida del Salario Mínimo Interprofesional que, efectivamente, está afectando al empleo doméstico y agrícola, tal y como ha reconocido el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado. Y prestigiar la actividad. Por su importancia en la mesa y, porque solo en la provincia, aportó 90 millones de euros en exportaciones en los primeros seis meses de este año 2019.
