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"Que me vaya de Cádiz o que tenga más hijos"

Es la respuesta que recibió una madre de 28 años a la hora de reivindicar una casa digna, después de sufrir una reducción de las ayudas al alquiler

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  • Momento que la joven habla con el alcalde. -

“Mi asistenta social  me ha dicho que para optar a una vivienda o tenga otros  dos niños para ser familia numerosa o me largue de Cádiz”. Con este panorama se ha encontrado una joven de 28 años, madre de un niño de siete, que después de estar 22 meses cobrando el 90 por ciento de la ayuda al alquiler, “deciden bajármelo al 65 por ciento, cuando estoy en riesgo de exclusión social”.

La joven que años atrás trabajaba limpiando casas se fue a Barcelona en agosto del año pasado “para buscar una vida mejor, pero me tuve que volver en febrero porque no encontré nada”.

Esta madre ya demandó la ayuda del Ayuntamiento en 2014, cuando se plantó durante 70 días en las puertas del Ayuntamiento.

Desde Servicios Sociales, además “de bajarme al 67 por ciento la ayuda, sólo me la han concedido por tres meses y si para pagar un mes he tenido que vender una cadena que me regaló mi abuela, a ver cómo voy a pagar los 154 euros del mes que viene, por ejemplo”. Desiré, que es como se llama, afirma que “las trabajadoras sociales tendrían que estar para trabajar por nosotros y ayudarnos”.

La mujer estuvo en la mañana del lunes hablando con el alcalde de la ciudad, José María González, a quien le ha contado toda la historia, así como la reducción de la ayuda, el trato de la asistenta social o el hecho de que no haya accedido a niguno de los cursos remunerados que se han ofrecido por el Ayuntamiento en los últimos tres años. “El alcalde me ha dicho que le haga un escrito y se lo entregue contándole toda la historia y añadiendo las pruebas que tenga”, afirma Desiré.

Sin oportunidad
La joven se queja de que para optar a los cursos “haya que o estar enganchada o que tu marido te haya dado una paliza”. No entiende “por qué no tengo oportunidad, cuando hay gente que han entrado los tres años a trabajar en estos cursos”.

Esta madre está tan desesperada que también ha pedido la palabra para el próximo Pleno municipal, donde quiere contar su historia, como el hecho de que tiene un niño de siete años que desde los cuatro está con atención psicológica. “Me da mucho coraje, hay muchas casas vacías. Que voy a perder los puntos, pues no me importa, porque yo me voy a meter de ocupa. Yo lo que no puedo es estar de un sitio a otro, siguiendo la pelota”, aclara la madre.

No puede entender que ella no pueda acceder a una vivienda digna “igual que tiene todo el mundo, para que mi hijo ya esté tranquilo”.
 

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