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Arcos

Felipe González

"Hay cosas, abuelo Felipe, que uno tiene que ver, oír y callar"

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En  mi familia siempre hemos escuchado a los viejos, y le hemos pedido opinión sobre nuestros proyectos o intenciones. Una sociedad que no escuche a sus mayores, que no tenga en cuenta sus puntos de vista, es una sociedad enferma y siempre en riesgo de descomponerse.  Dicho esto no seré yo quien critique a Felipe González por dar su veredicto sobre la situación actual del PSOE. Me parece muy bien que utilice su experiencia para intentar alumbrar a los jóvenes que hoy capitanean el Partido, ahora a punto de partirse en dos o tres bandos por culpa de las mezquindades humanas y las ambiciones desmedidas de algunos y algunas.

Lo que ya no me parece tan bien es que nuestros abuelos –y Felipe González es un abuelo político, aunque ande por ahí todavía fresco y lozano- se agarren a una alcachofa radiofónica para airear los problemas de familia. A un caballero de su experiencia, con todo lo que ha sido, no le pega contar en público que su nieto, o su yerno, o su compadre, le dijo que no declaraba a Hacienda o que se iba a abstener en segunda instancia. Hay cosas, abuelo Felipe, que uno tiene que ver, oír y callar. Máxime cuando, como en este caso, las utiliza usted para derribar a un señor que, aunque sea joven, ha sido votado en condiciones y tiene el cargo que usted ocupó durante mucho tiempo sin que nadie de dentro tratara de removerle la silla. Pedro Sánchez, con sus errores y sus aciertos, es el máximo dirigente de su Partido y resulta que usted, sin escatimar medios, apoyado en las bandas por la políticamente diabólica Susana Díaz, está tratando de cargárselo porque le ha salido respondón.
Una cosa es oír a los mayores, tener en cuenta sus opiniones, y otra muy distinta dejar que los ancianos, por mucha vitola de estadistas que tengan, nos cierren el camino al futuro y quieran imponernos su voluntad. Creo que España necesita un Gobierno urgentemente. Creo que la salida más cómoda para Sánchez sería abstenerse. Pero creo que tiene derecho a intentar otras fórmulas, por muy peregrinas y arriesgadas que sean.

Nadie duda que usted, y doña Susana, que dicho sea de paso va a perder Madrid y Andalucía, por ambiciosa, nadie duda, digo, que usted y doña Susana están detrás de estas maniobras. Escribo en mitad de la Feria de Arcos –pero con 0,0 de alcohol en sangre-, lo que quiere decir que no sé en qué va a quedar esto, si van ustedes a defenestrar a Sánchez o el hombre va a conseguir escapar de la encerrona. Pero pase lo que pase usted habrá cubierto otro expediente glorioso, que parece una constante en nuestros expresidentes: tirar por tierra todo el caudal de respeto que acumuló en su etapa como gobernantes.

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