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Sevilla

Aznalcázar en la etnografía sevillana del olivar

Las fotografías que ilustran esta página, expresan gráficamente el contenido de la separata de la revista “Cuadernos de Aznalcázar”, dedicada a recuperar la memoria histórica de la Villa y su riqueza etnográfica

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  • Sala de rellenadoras -

Los cronistas oficiales de la Villa de Aznalcázar,  y coordinadores de la revista Cuadernos de Aznalcázar, José García Parra y Diego Antonio León García, acaban de editar, junto con el número 9 de la revista, una edición especial dedicada a “Las rellenadoras y deshuesadoras de aceitunas de Aznalcázar en la Fábrica de Medina Garvey de Pilas”.  Un documento cultural y etnográfico que recupera con imágenes inéditas la vida de la Villa durante la década de los años 60 del pasado siglo XX. La vida urbana, costumbrista y laboral expresada en decenas de fotografías valiosas.

Las fotografías que ilustran esta página, expresan gráficamente el contenido de la separata de la revista “Cuadernos de Aznalcázar”, dedicada a recuperar la memoria histórica de la Villa y su riqueza etnográfica.
Ya en la misma portada, aparecen media docena de imágenes muy expresivas de lo que representó para el pueblo la Fábrica de Medina Garvey de Pilas. Vemos grupos de muchachas trabajadoras de uno de los oficios más singulares andaluces, el de deshuesar las aceitunas y luego rellenarlas con pimientos,  anchoas o almendras. Un oficio que hizo crisis mediado los años 70 del pasado siglo por la falta de personal especializado y por el altísimo coste de producción. Una crisis que se superó gracias al invento realizado por el empresario y poeta Leopoldo Salvador Gandarias, creador de la máquina que ahora realiza esa misma labor automáticamente.

Vemos también una sala de rellenado y dos estampas preciosas que expresan el civismo de la localidad aljarafeña. Son las de una boda y la llegada al pueblo de un nuevo cura párroco. Dos escenas impresionantes, difíciles de conocer en nuestro tiempo, y que reflejan los sentimientos populares de los pueblos sevillanos. En ambos casos queda patente la participación masiva de los vecinos.

Las formas de trabajar, como reflejan los burros con serones, o las de lavar a los niños en baños de cinc, puestos al sol para calentar el agua, son muestras de un costumbrismo que se mantuvo hasta antes de ayer…

Hay decenas de fotografías que recogen la historia de Aznalcázar y de su gente, con  imágenes preciosas que recuperan la arquitectura y el urbanismo del pueblo, ya casi perdido en parte; las costumbres de vestirse y peinarse las mujeres obreras. En fin, con esta edición especial Aznalcázar recupera su memoria histórica y aporta documentos excepcionales para poder valorar la vida de la localidad hasta el pasado siglo XX.

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