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Torremolinos

Las Plazas de Torremolinos (IIII)

Torremolinos no es sólo turismo, fiesta, deportes, playa y sol. Es también arte, cultura, crisol de civilizaciones. En estas crónicas, Jesús Antonio San Martín, desarrolla lo más representativo del ayer y el hoy de Torremolinos.

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La 'Plaza Costa del Sol' es, probablemente, la más conocida de Torremolinos a nivel internacional. Ella fue escenario del rodaje de alguna que otra película durante los años sesenta. También la literatura la plasmó en sus páginas. A principios del siglo pasado se llamaba 'Plaza de la Constitución'. En los años treinta cambió su nombre a 'Plaza de la República'. Después de la Guerra Civil se la rebautizó como 'Plaza de José Antonio'. Finalmente, durante la sexta década, la que protagonizó el boom del turismo, recibió el sobrenombre que hasta el presente ostenta. Su seno aún alberga la vieja fuente de agua purísima que baja de los manantiales, genuino monumento pétreo que ha conocido las penas y glorias del pueblo desde el último tercio del siglo diecinueve. La añeja fontana se ubicaba entonces en la confluencia de la calle María Barrabino con la propia Plaza.
La Plaza Costa del Sol, lógicamente, ha cambiado su fisonomía a lo largo del tiempo. Aún no se ha disipado el recuerdo de aquella romántica Plaza cuyo centro también acogió durante un tiempo a la veterana fuente y cuyos árboles, alegre hogar de estruendosos y despreocupados pajarillos, empapaban de fresca sombra al transeúnte. Hoy día la funcionalidad ha agrandado la perspectiva de la Plaza, dotándola de artísticos bancos y farolas, amén de ornamentales surtidores de mármol rosa y pequeños jardincillos. Las aceras se han ensanchado considerablemente; parece que abren sus brazos en un ademán de fraternal acogida al viandante.
La centenaria fuente ocupa actualmente el lateral de oriente, en la intersección de las calles Hoyo y Cruz. De su caño brota la misma virginal agua de ayer, procedente de los cercanos manantiales -de los más frondosos de España y que surten de vital líquido a la ciudad de Málaga- y cuyas saludables aguas guardan la proporción ideal de calcio-magnesio, proporción que permite que el cuerpo absorba debidamente ambos elementos, con el consiguiente beneficio para la salud. Su consumo continuado evita y trata muchas enfermedades comunes debidas a la falta de magnesio, mineral que, como se ha observado clínicamente, no puede ser absorbido correctamente si no va acompañado del calcio en sus justas proporciones, que son precisamente las que mantienen las aguas de los acuíferos torremolinenses.
Al respecto, podemos remitir al lector a la noticia que no hace mucho apareció en la prensa y que daba cuenta de que en el cercano Alhaurín de la Torre -que también se provee de aguas que manan de los mismos montes que abastecen a Torremolinos- una firma comercial estaba interesada en fabricar tabletas de "dolomita" como suplemento nutritivo. Estas tabletas se procesan actualmente en los montes Dolomitas de Estados Unidos; pero, según los expertos nutricionales, la "dolomita' de nuestros montes y manantiales malagueños -Torremolinos/Alhaurín- parece ser más pura y de mayor concentración que la americana.
La Plaza Costa del Sol no es tan solo un espacio más al aire libre por el que pasear y disipar nuestras cotidianas preocupaciones; no es tan solo un abigarrado ir y venir de gentes de todas las nacionalidades; no es una simple concentración de entidades bancarias, hosteleras y comerciales; con su famosa fuente que tantos cántaros llenó en el pasado, a la par testigo muda de inagotables tertulias femeninas, nuestra venerable Plaza Costa del Sol es toda una mina de oro de la salud, un manantial de genuina vitalidad aún por descubrir tanto por el foráneo como por el propio residente. En otros tiempos y en otros lugares circulaba entre las abuelas este dicho que bien puede aplicarse a nuestro entorno: "Agua de la fuente de mi pueblo bebo, que la de fuera ni la pruebo". En Torremolinos tenemos, ¡y gratis!, la mejor agua de medio mundo. ¡Ya la quisieran para sí las más prestigiosas marcas embotelladoras!
Otra de las alegres y diáfanas plazas de Torremolinos es la de Río Mesa, entre la avenida de los Manantiales y la calle Río Aranda. Remodelada hace muy pocos años, la Plaza de Río Mesa es una de las más espaciosas de la localidad. En sus alrededores se concentra un importante sector de la población. Un diminuto parque infantil ameniza las ociosas horas de los más pequeños. Ella es protagonista de excepción de diversos acontecimientos festivos a lo largo del año. Corazón de inmensas barriadas que la circundan, goza de creciente simpatía popular debido a su gran capacidad. La Plaza ofrece periódicamente selectas actuaciones musicales en sus más variadas especialidades (canción ligera, flamenco, rocieros…). Singular es la degustación de paellas que en este gigantesco recinto de ocho mil metros cuadrados ofrece la municipalidad. Y no olvidemos su gran veladilla de aniversario que precisamente en estos días finales de junio se celebra.

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