El acusado de matar a su exmujer en junio de 2017 en la barriada de Palmete tras asestarle varias puñaladas delante de su hijo de seis años ha utilizado su último turno de palabra en el juicio, que ha culminado este viernes en la Audiencia de Sevilla ante un jurado popular, para decir que siente lo ocurrido y pedir perdón a sus tres hijos. "Ahora estoy bien de la cabeza, en aquel momento no", ha señalado.
Durante esta última sesión, a la espera de que el lunes el jurado dicte su veredicto, las partes han elevado sus conclusiones finales. En total, este hombre, que confesó el crimen ese mismo día horas después tras herir también de gravedad con una puñalada en el abdomen a la prima de su expareja, se enfrenta a penas comprendidas entre los 26 y los 46 años de prisión.
En concreto, el Ministerio Fiscal y la letrada de la Junta de Andalucía han calificado los hechos como homicidio con las agravantes de parentesco y género, en el caso de su exmujer, y como tentativa de asesinato con agravante de género en el caso de la prima de esta, mientras que los abogados de ambas víctimas califican los hechos de asesinato y de tentativa de asesinato y solicitan que le caigan hasta 46 años de cárcel.
En total la Fiscalía pide 33 años por estos dos delitos y por otros dos de robo con violencia, al supuestamente sustraerle a un menor de 12 años una bicicleta para huir del lugar de los hechos tras amenazarlo con el cuchillo, y por otro de quebrantamiento de orden de alejamiento con la agravante de reincidencia.
Por su parte, su defensa ha precisado en su exposición que "el caso es relativamente sencillo porque hay una confesión clara por parte del acusado". De hecho, desde el pasado martes numerosos testigos han corroborado que este hombre esperó a las víctimas agazapado en un coche, tras saltarse una orden de alejamiento, que en primer lugar le pegó una puñalada en el abdomen a la prima y, posteriormente, persiguió a su exmujer hasta un garaje, donde esta se refugió y donde acabó con su vida tras asestarle varias puñaladas delante de su hijo de seis años.
El letrado ha remarcado que fue "un episodio despiadado y feísimo" pero ha dejado claro que su muerte no es un asesinato "porque no existe alevosía ni ensañamiento" sino "un homicidio consumado", al tiempo que ha negado que se produjera el robo de la biclicleta con violencia, sino que el niño "la soltó y este la cogió", lo que sería un hurto.
Tras cuatro sesiones del juicio en el que ha declarado la víctima, su expareja, testigos presenciales, agentes de Policía y médicos forenses, este lunes el jurado popular emitirá su veredicto.