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Boom fotovoltaico: 90.000 MW en solicitudes, el doble de lo previsto

La empresa sevillana Quintas Energy, que gestiona 400 plantas fotovoltaicas en todo el mundo, prevé una "avalancha" de solicitudes de nuevas instalaciones

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  • Desayuno informativo con la empresa sevillana Quintas Energy. -

“No hay duda de que la Transición energética se hará. La capacidad de instalación en España es tremenda y el país entero se ha activado para promover nuevas instalaciones”. Este diagnóstico lo hace Declan O’Halloran, CEO de la empresa sevillana Quintas Energy, especializada en la gestión de plantas fotovoltaicas repartidas por todo el mundo, especialmente concentradas en los mercados de Reino Unido (1.700 MW), España (500 MW), Italia (500 MW) y Australia (500 MW). En total, más de 400 plantas gestionadas por una plantilla multidisciplinar de 170 profesionales, buena parte ingenieros de la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla (cada vez más doctorados), y legales y financieros de la Universidad Pablo de Olavide, con altas dosis de innovación y digitalización, capítulo al que Quintas Energy destina un 12% de su presupuesto anual. Quintas Energy vela, en estos momentos, por 9.000 millones invertidos por fondos privados.

Tras el desplome del sector de las renovables, en especial de la fotovoltaica, como consecuencia del impuesto al sol, Quintas Energy mantuvo su sede en Sevilla pero buscó nuevas oportunidades que localizó en el Reino Unido. Una vez que el sector se ha quitado el corsé de las subvenciones y opera en un mercado liberalizado, Quintas Energy cree que es el momento de “volver a casa”.

En los próximos tres años, Declan O’Halloran prevé una “avalancha” de solicitudes para nuevas instalaciones de plantas fotovoltaicas en España: si el objetivo para 2030 es alcanzar los 35.000 MW, las solicitudes que ya están encima de la mesa rondan los 90.000 MW, más del doble del fin último fijado. En esta tesitura, “no hay motivos para pensar que Andalucía no tendrá el peso que le corresponde”. “Hay un tsunami de capital en fotovoltaica esperando poder invertir, el dinero no ha estado nunca tan barato, hay consenso político y el mercado está liberalizado”, señala O’Halloran como puntos fuertes de esta nueva etapa que se abre para el sector.

Los elementos que podrían ensombrecer las buenas perspectivas están relacionados, en primer lugar, con la calidad de algunos proyectos que “están intentando entrar y no tienen ni idea”, así como con la incógnita sobre quién va a comprar la energía que se genere y el riesgo que se asume por la altísima volatilidad de los precios. Por último, Quintas Energy avisa del “cuello de botella” que supone tener capacidad de generar una energía para la que después no hay infraestructuras suficientes con la que volcarla a la red.

Sobre este último punto, Irene Reyes, Group Head of Advisory de Quintas Energy, pone el foco en la necesidad de regular mejor, priorizar las solicitudes y gestionar de manera más eficiente los trámites administrativos necesarios para poner en funcionamiento una planta, cuyo periodo medio oscila actualmente entre los 18 y los 20 meses.

El CEO de Quintas Energy pone el énfasis en que España tiene claro los objetivos a lograr en materia de Transición ecológica, pero no cuenta con un “guion” sobre cómo conseguirlo. Hay demasiadas incógnitas e “inseguridades” que O’Halloran defiende que deben ser resueltos con innovación y digitalización. “Los datos sobre los activos que gestionamos son para nosotros un activo más”, ha señalado Antonio Domínguez, del equipo de Business Intelligence Team. Gracias a ese control y rendimiento de los datos, desde una oficina de la Plaza Nueva se puede gestionar desde una pequeña planta en Jerez de la Frontera a una planta fotovoltaica en Australia cuyas dimensiones son similares a 700 campos de fútbol. O tener el control de una batería ubicada en el estadio del Arsenal. 

Quintas Energy prevé facturar en 2020 en torno a 13 millones de euros frente a los 10 con los que cerró el ejercicio anterior. Gestiona 15 millones de componentes al día, 1.000 licencias, 3.500 incidencias de media al año y realiza 800 visitas a plantas. El 75% de los puestos directivos están ocupados por mujeres y la igualdad salarial es una regla.

 

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