La Audiencia Provincial de Sevilla ha acogido este jueves la quinta sesión de la vista oral con jurado popular de la causa que enjuicia a I.M.R.M. y a su ex pareja E.T.R. acusados de asesinar al bebé de 18 meses de la primera en abril de 2016 en la barriada de Su Eminencia de la capital hispalense y de maltratar al hermano mayor del pequeño. En esta sesión, los médicos forenses que realizaron la autopsia del bebé fallecido han indicado que éste "fue zarandeado" y que murió a causa de un edema cerebral producido por tres golpes en la cabeza.
Los peritos han señalado que a la hora de realizar el levantamiento del cadáver, el pequeño presentaba un hematoma en la parte frontal de la cabeza y otro en la sien, así como múltiples hematomas que se corresponden a una presión realizada con las yemas de los dedos tanto en los brazos como en las piernas. Igualmente, han apuntado, que tras la realización de una radiografía, el bebé presentaba una línea fina de fractura que le iba desde la ceja derecha hasta la parte trasera de la cabeza.
Una vez se llevó el cuerpo del pequeño al Instituto Anatómico Forense de Sevilla, los peritos realizaron una autopsia que reflejó que el pequeño tenía lesiones erosivas recientes en la cara y en una de las orejas que son compatibles con arañazos así como pequeños hematomas debajo de la mandíbula los cuales sería compatibles con el hecho de agarrar y levantar fuertemente la cabeza del bebé desde esa parte del cuerpo. Además, presentaba otras lesiones más antiguas que se había realizado unos tres o cuatro días antes de los hechos.
De igual modo, los forenses han señalado que el menor presentaba "tres golpes directos" producidos cronológicamente en el mismo tiempo que ocasionaron un hematoma en la zona frontal de la cabeza, otro hematoma en la zona biparietal y una lesión líneal en la parte trasera del cuello que es compatible con un golpe con algo alargado y sin arista como el barrote de una cuna.
Continuando el relato del informe pericial, los forenses han detallado que estos golpes le produjo al bebé un traumatismo cráneo-encefálico que le supuso un edema cerebral y le conllevó a la entrada en coma y su posterior muerte cerebral que le hizo entrar en parada cardio-respiratoria. Así, han detallado que tras abrir el cráneo del menor fallecido, éste presentaba "importantes lesiones internas" que le había producido hemorragias y una congestión vascular.
Así, han concretado que el edema cerebral fue la causa de la muerte del bebé y que éste se fue desarrollando entre tres y cuatro horas después de los golpes en la cabeza y que la muerte del pequeño fue entre las 21,00 y las 00,00 horas de la noche de autos --cabe apuntar que los acusados señalaron que en torno a las 19,00 horas acostaron al bebé en la cuna-- y que en esa transición, al estar el pequeño en coma, "podría parecer visto desde la distancia que está profundamente dormido".
Además, los forenses han indicado que el menor presentaba múltiples hematomas compatibles con la presión de la yema de unos dedos, "al ser bilaterales y casi simétricas", en los brazos y en las piernas, las cuales se hicieron cronológicamente en el mismo momento que los golpes en la cabeza. En total, han detallado que el bebé presentaba 51 hematomas entre antiguos y recientes.
Ante tales lesiones, los peritos concluyen que el bebé sufrió una agresión violenta "dada la fuerza importante" con la que fue agarrado "y las manchas en la piel que tenía de la presión". En este sentido, han apuntado que el menor presumiblemente fue lanzado hacia un objeto duro y liso, que explicaría el golpe frontal en la cabeza, para seguidamente ser zarandeado violentamente, hecho que se plasmaría "en las lesiones en los brazos así como en las hemorragias que presenta en los globos oculares", para luego ser tirado encima de una superficie como una cuna, lo cual sería compatible "con la lesión que presenta atrás en el cuello".
Por último, los forenses han descartado, por la morfología y las zonas donde se han producido, que esas lesiones sean fruto de caídas. Además, han señalado que no ha quedado acreditado que, más allá de este "incidente violento", el menor sufriera maltrato crónico al no haber "fracturas o símbolos de desnutrición".
INGRESÓ CADÁVER
Previamente, han ratificado su informe pericial los pediatras que atendieron al bebé quienes han indicado que el pequeño ingresó muerto a la unidad de Urgencias del Hospital Virgen del Rocío.
De esta manera, han indicado que el pequeño estaba en parada cardio-respiratoria cuando entró en Urgencias y que cuando estaban realizando su reanimación observaron que presentaba "síntomas de muerte" como que estaba rígido y que tenía las pupilas dilatadas y livideces cadavéricas.
Además, han señalado que al ver los hematomas que presentaba el bebé, y ante las explicaciones de que los acusados dijeron que "no le había pasado nada", avisaron de manera inmediata a la Policía y al médico forense de guardia.
"TÚ LE ACOSTASTE, QUÉ LE HAS HECHO"
De otra parte, se ha reproducido en la vista oral una prueba documental consistente en la conversación grabada que tuvieron ambos acusados en el furgón policial tras haberles tomado declaración por separado.
En esa grabación, se escucha como I.M.R.M. le espeta varias veces a E.T.R. que fue el que le acostó en la cuna y el último que lo vio antes de la muerte y que qué le había hecho. Asimismo, la acusada le criticaba a su ex pareja que "le había echado 'mierda' encima" en su declaración y le preguntaba que "qué es eso de quemaduras de cigarrillos", al tiempo que le aseguraba que ella no maltrataba a sus hijos.
Por su parte, E.T.R., tal y como se escucha en esa grabación, niega varias veces haber sido el culpable de la muerte del bebé y que ella "sabrá lo que ha hecho". Así, la acusada le respondía que si no había sido ella, "quién había sido" y lamentaba que le iban a quitar a su hijo mayor y le podían echar a ambos 15 o 20 años".
El juicio continuará este viernes con una quinta sesión en la que se las partes leerán sus conclusiones finales. Cabe recordar que la Fiscalía y la acusación particular que ejerce la Junta de Andalucía piden para los encausados 28 años y siete meses de prisión por un delito de asesinato y dos delitos de maltrato habitual en el ámbito familiar. De otra parte, la acusación particular del padre biológico solicita la prisión permanente revisable mientras que las defensas de ambos procesados sostienen la inocencia de sus representados y piden la libre absolución.