La creación e impulso al menos desde mayo pasado por parte de Felipe Benjumea, expresidente de Abengoa, de una sociedad centrada en el negocio del hidrógeno como combustible limpio incumple de manera flagrante el contrato de no competencia que el directivo firmó con Abengoa cuando dejó su cargo el 23 de septiembre de 2015. El documento, al que ha tenido acceso Viva, recoge con claridad en su cláusula 13 la obligación de no competencia post-contractual. Es decir, una vez Benjumea dejara la empresa.
Quien fuera primer ejecutivo del grupo entre 1990 y 2015 dejó la presidencia ese 23 de septiembre y firmó el nuevo contrato como asesor del consejo en el que se recogía esa cláusula de no competencia. Esta establecía que al dejar Benjumea su cargo como presidente -como efectivamente ocurrió ese 23 de septiembre-, estaría obligado a no competir ni directa ni indirectamente (a través de tercera personas) con ninguno de los negocios en los que opera Abengoa (el negocio restringido, según se denomina en el contrato). Y la empresa tenía en septiembre y sigue teniendo una filial de Hidrógeno.
El expresidente firmó la obligación de no competir en un plazo de 12 meses si su salida fuera forzada (como así ocurrió) o 24 meses si era él quien voluntariamente decidía desvincularse. Fue la banca la que obligó a la salida de Benjumea de la presidencia, en septiembre de 2015, y los 12 meses comenzaron a correr.
Fichaje de Brey
Pero Benjumea, desde su nuevo despacho en Sevilla junto a la estación de AVE de Santa Justa, comenzó en mayo pasado, sólo dos meses después de desvincularse del todo en febrero con su cese como asesor y presidente de honor de la empresa que cofundó su padre, a entrevistar personalmente a futuros empleados de esa empresa dedicada a hidrógeno. Y no sólo eso, sino que atrajo a la compañía al que era director del negocio de hidrógeno de Abengoa, Javier Brey, para que se pusiera al frente de la misma.
Las cláusulas recogen claramente que Benjumea no sólo debe abstenerse directa o indirectamente -a través de terceras personas- de competir con cualquiera de los negocios en los que operaba Abengoa en el momento de su salida, sino que también dice literalmente: “No contratará ni ofrecerá un puesto de trabajo, ni se asociará con, ningún empleado restringido [trabajador de Abengoa] con el fin de utilizar el conocimiento o la capacidad de dicha persona en relación con cualquier negocio o actividad que sea o pueda ser competencia del negocio restringido [todos los negocios de Abengoa]”.
Incorporar no sólo a Brey ya desde mayo pasado en la incipiente sociedad dedicada al hidrógeno, sino también a buena parte de su equipo más cercano en la filial Abengoa Hidrógeno choca radicalmente con esa cláusula. Verónica Mesa, directora de Ingeniería de Abengoa Hidrógeno, también está en H2B2; y Joaquín Alarcón, directivo de otra filial (Abengoa Bioenergía) es presidente ejecutivo de la empresa. Un hijo del propio Felipe, Felipe Benjumea Porres, es director financiero.
Benjumea, según otras fuentes cercanas a la empresa, entregó a Abengoa un escrito explicando que no iba a competir con ella, ya que sin el previo consentimiento de la sociedad no puede competir en los mercados donde está Abengoa ni en los negocios en los que opera. Y la empresa no ha denunciado hasta ahora ese incumplimiento, aunque el consejo ha seguido controlado por las familias históricas sobre las que Benjumea sigue teniendo control.
La penalización por incumplimiento de estas cláusulas de no competencia equivale al sueldo del año anterior a su cese. Cesó en septiembre de 2015, año en que cobró 4,1 millones de salario y 11,4 de indemnización -de los que 4,48 millones eran por cese anticipado en septiembre y no competencia. En 2014, su salario ascendió a 4,48 millones de euros.
Más de 100 empresas en concurso por Abengoa
La crisis de Abengoa, que comenzó con los impagos a proveedores desde agosto de 2015, se ha cobrado al menos cien víctimas empresariales en España. Hasta un centenar de empresas suministradoras, entre ellas varias decenas en Andalucía, se han visto obligadas a declararse en preconcurso o concurso de acreedores ante los impagos y retraso en los pagos por parte de Abengoa.
Así lo explicó Pablo Martín, uno de los coimpulsores de la ya extinta Asociación de Proveedores de Abengoa creada en Sevilla, durante su participación en el programa Economía Viva de Ondaluz TV. El economista explicó además que determinados proveedores de la empresa lograron, durante el proceso de negociación desarrollada con ellos en paralelo a la mantenida con bancos y bonistas, mejores condiciones de cobro de la deuda pendiente que los acreedores financieros. Estos últimos son los que aportarán nuevo fondos y tomarán la mayoría de la empresa.
Martín apostó además por que, una vez aprobado el plan de viabilidad de la empresa que evita su concurso y por tanto teniendo los proveedores garantizado el pago de parte de su deuda en las condiciones que hayan firmado, es el momento de que la Junta de Andalucía apoye a estas pymes con garantías financieras.