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La aeronáutica enseña sus debilidades a una Junta desnortada

Los problemas del A400M y el C295, pero también del A380, son una seria amenaza para el futuro del sector

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  • un C295 de brasil -

Toda la (escasa) industria presente en Andalucía es importante, pero no toda es estratégica. El sector aeronáutico sí entra en esa última categoría. No ‘sólo’ porque empleaba a casi 14.000 personas a final de 2015 y generó un volumen de negocio de 2.343 millones; ni tampoco porque ambas magnitudes llevan creciendo ininterrumpidamente una década sorteando la última crisis. Es estratégico porque es una de las escasas actividades industriales con arraigo en la comunidad, con conocimiento acumulado y que, a día de hoy, es afortunadamente un sector de altísimo valor añadido global.

Pero las perspectivas que tan brillantemente se nos venían pintando no son tales, ni en el negocio de aeronaves militares (el de arraigo histórico en Sevilla y Cádiz), ni tampoco en el civil (al menos, en parte de los trabajos que se hacen desde Andalucía para los aviones de pasajeros). Airbus atraviesa por graves problemas en los dos principales programas militares que desarrolla en Andalucía: el A400M, ya atribulado y cuyos motores con fallos que ya se están arreglando le han causado pérdidas de otros 1.000 millones este año; y el descenso de ventas del C295, que lleva a una drástica reducción de la producción para 2017 (7 aviones desde 16 este año).

A ello se une el estancamiento de ventas del A380, el gran avión civil de Airbus que es el mayor del mundo, y que tiene a varias empresas andaluzas trabajando en él. La cadencia de fabricación de estas aeronaves bajará el año que viene 12, desde 27 este año, menos de la mitad. Alestis, Sevilla Control, Aerosur, Inespasa o Galvatec, todas ellas pymes andaluzas incluida la líder regional Alestis, trabajan en el A380.


Ante todo ello, la Junta da la callada por respuesta. No tiene a personas cualificadas ni respetadas dentro del sector que sirvan como interlocutores válidos ante Airbus ni en España ni en Alemania (donde está la filial de Defensa de Airbus). Y la Fundación Hélice, clúster creado en 2004, está en quiebra y con Airbus dimitiendo de su patronato. Tratar de obviar el problema sólo empeorará la posibilidad de encauzarlo.

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