El descontento entre los comerciantes de la Plaza del Pan va en aumento de manera directamente proporcional a los días que transcurren sin que el Ayuntamiento desbloquee el conflicto originado por el parón en las obras necesarias para la instalación del entoldado que ya debería dar sombra a la zona.
Las obras, que comenzaron a mediados de junio, fueron paralizadas una semana después de su arranque por la Gerencia de Urbanismo a instancias de la Comisión Local de Patrimonio, que estimó necesario un informe arqueológico previo para poder acometer los trabajos de cimentación de los anclajes de dichos toldos, paso que se habían saltado desde la Gerencia.
Desde Alcentro (Federación de Comercio y Servicios del Centro de Sevilla) señalan que “la nefasta ejecución” de Urbanismo “al saltarse los trámites” tiene como consecuencia una elevada pérdida económica para los comerciantes de la zona, que han visto disminuir sus ingresos en cerca de un 40% y, en los casos más elevados hasta en un 60%, debido al gran cajón de obras y las vallas ahora en desuso que restan visibilidad a sus negocios.
“El Ayuntamiento ha cometido un error de praxis y ahora debería actuar con celeridad para no dilatar más el problema”, señaló a Viva Sevilla Enrique Arias, presidente de Alcentro, que reconoció que el actual equipo de gobierno iba por buen camino al “hacer realidad por fin” la demanda histórica de los toldos en la Plaza del Pan, algo solicitado desde 1994 por los comerciantes y vecinos.
La continuidad de las obras para el entoldado ahora depende de que la Delegación de Cultura de la Junta dé su visto bueno a los trabajos arqueológicos solicitados a Urbanismo. Una vez comiencen las catas arqueológicas, que no llevarían más de una semana y en función de que se encuentren o no restos arqueológicos, se procedería a terminar la cimentación y a la colocación de los postes y los toldos.
También para el turismo
A las pérdidas que verano tras verano asumían ya los negocios de la Plaza del Pan al no contar con toldos para que los viandantes y posibles clientes se pudieran resguardar del sol y de las altas temperaturas, ahora se suman las molestias de una obra paralizada desde hace tres semanas que resta visibilidad a los establecimientos. Es por ello que desde Alcentro solicitan que, hasta que se reanuden las obras, “se cubra o se reacondicione el cajón de obras para que ocupe menos espacio y que se retiren las lonas que impiden que se visione el espacio público”.
“La inacción y la desinformación a la que nos tienen sometidos desde el Ayuntamiento es brutal”, señaló José Guillermo, vicepresidente de Alcentro y dueño de la tienda de material fotográfico Santana, uno de los negocios más afectados por las obras, ya que casi que tiene tapado su acceso. “Estas obras sí que son un auténtica pedrada a la inteligencia”, indicó parafraseando al delegado de Hábitat Urbano, Antonio Muñoz, que este lunes se había referido a la estética y veladores de la Avenida de la Constitución como “una auténtica pedrada al buen gusto”.
El negocio de José Guillermo “está soportando como puede” los efectos de las obras paralizadas como muchos otros de la Plaza del Pan. Es el caso de las joyerías y de la cuchillería de la acera de enfrente, un poco más alejados de las lonas y del cajón de obras. “Además de originarnos pérdidas a los negocios es algo nefasto para el turismo”, indicó Rafael, dueño de la cuchillería, que explicó que “el turista que pasa por aquí y ve la obra, prefiere dar un rodeo e ir por las calles aledañas que, además, tienen toldos”.
Algo más oscuro, y nunca mejor dicho, lo ven desde la tienda de trajes de flamenca de la plaza. Las lonas de las obras hacen que no entre nada de luz en su interior y desde la calle casi no se ve el establecimiento. “Estos últimos días parece que las ventas van un poco mejor, pero hemos tenido días que no ha entrado casi nadie”, indicó su encargada a este periódico.
Para Clara, propietaria del Bar Europa, las cosas van peor. Desde que comenzaron las obras ha cuantificado pérdidas de hasta un 60%. “Nadie se quiere sentar en mis veladores con las lonas y una obra al lado”, indicó, añadiendo que ha tenido que despedir a una de sus camareras y dejar de contratar a otro que tenía previsto por falta de clientela.
“No descarto emprender acciones legales por daños y perjuicios”, señaló Clara, que indicó que ayer por la mañana había recibido una llamada de uno de los técnicos de Urbanismo para notificarle que este mismo miércoles iban a empezar los trabajos arqueológicos. “Me dicen que si no encuentran nada, las obras se terminarán en nueve o diez días. A saber”.