La aflatoxina, un contaminante con efectos cancerígenos que puede aparecer en la leche de vaca como consecuencia de la ingesta por estos animales de piensos contaminados por algunos tipos de hongos, ha regresado al valle de Los Pedroches. Lo ha hecho como si fuera un fantasma, recordando los peores momentos de la grave crisis vivida en 2013. Ha vuelto a aparecer en la leche producida en una granja de vacuno asociada a la cooperativa San Isidro de Dos Torres, una de las más importantes del Valle de los Pedroches con 390 socios y ocho millones de facturación.
Así lo han explicado fuentes del sector agroalimentario andaluz a
www.andaluciainformacion.es. Todos los socios ganaderos de San Isidro suministran su leche a Covap, que es el principal envasador de este producto -junto a la vasca Lactiber- para Mercadona. La presencia de la aflatoxina se detectó el 31 de octubre, según han explicado fuentes de Covap, y en una sola granja de las asociadas a San Isidro. “Se trata de un ganadero que no usa los piensos de Covap porque no es socio nuestro. Pero precisamente por eso los controles a su leche son aún mayores”, explican desde la firma láctea que produce la marca Hacendado y su propia enseña, Covap. “La fuentes fue única”, recalcan desde la cooperativa con sede en Pozoblanco y que preside Ricardo Delgado.
Suministro normalizado
Una vez detectada la toxina, se interrumpió el suministro de leche a Covap por parte de todos los ganaderos de San Isidro. “La cisterna de leche en que se detectó la toxina el 31 de octubre no llegó a entrar en Covap, la alerta saltó antes. Desde ese día se hicieron análisis periódicos hasta que el 11 de noviembre la toxina dejó de aparecer. A mediados de diciembre el suministro desde San Isidro se normalizó plenamente y no ha vuelto a haber problemas”, relata Covap.
Desde la cooperativa no se ha sabido precisar el volumen de leche producida en San isidro y no recogida en esos días. Cada cisterna no recogida es de 3.000 litros. En la crisis de 2013, de una magnitud mucho mayor ya que afectó a varias provincias andaluzas pero también de Castilla y León, Cataluña y Extremadura, fueron dos millones de litros los retirados en Andalucía.
Dos Torres, según fuentes del sector agroalimentario, suministra diariamente unos 90.000 litros de leche a Covap. Teniendo en cuenta el plazo de interrupción total del suministro del 31 de octubre al 11 de noviembre, el coste asciende al menos a 300.000 euros por la leche no recogida. Factura que ha abonado Dos Torres a sus ganaderos. En la crisis anterior, la de 2013, Dos Torres fue una de las cooperativas más afectadas y muchos de sus ganaderos la abandonaron para irse a Covap.
La leche no recogida en esta última crisis ya se ha enviado a destruir a la planta autorizada en Osuna (Sevilla) y los certificados de su destrucción en los que se recogerá que es por haberse detectado aflatoxina están en tramitación, ha detallado Covap. Estos certificados son necesarios para que los ganaderos afectados puedan, en caso de estar asegurados, reclamar compensaciones a sus firmas de seguros.
Covap tiene 320 ganaderos que le entregan leche a diario. La mitad de los ingresos de la firma -381 millones- vienen de la división láctea. El resto proceden de la división de piensos y de la de ibéricos.
La tuberculosis, siguiente amenaza
Los ganaderos del Valle de los Pedroches, donde se produce la mitad de la leche de Andalucía, afrontan este año no sólo el fantasma de la reaparición de la aflatoxina a final de 2015, sino las inspecciones que se preparan desde la Comisión Europea. Fuentes del sector agroindustrial explican que es en 2016 cuando, por obligación de determinadas directivas comunitarias, se realizarán en España inspecciones masivas a la cabala de vacuno destinado a producir tanto leche como carne a la busca de la tuberculosis bovina.
Las mismas fuentes explican que desde Covap, y desde otros agentes del sector agrario afectados, se ha trasladado a la Junta de Andalucía la necesidad de evitar esas inspecciones. Bruselas no confía plenamente en los análisis que se hacen en España y quiere realizar sus propias pruebas. El Gobierno andaluz ha trasladado a los sectores afectados que de ninguna forma puede detener esas inspecciones.
Se desarrollarán a lo largo del primer semestre de este año y el temor del sector es que, si aparecen vacas enfermas de tuberculosis, la Junta no disponga de fondos para respaldar el vacío sanitario. Es decir, el sacrificio de todas las vacas (enfermas o no) para poder desinfectar la granja y reiniciar la producción con nuevos animales.