En el norte de Miami, en el humilde barrio de Allapatah, los feligreses de la Parroquia de Corpus Christi están ya listos para la salida en procesión mañana, Viernes Santo, de la popular Macarena de Miami.
"Es un orgullo muy grande promover aquí el amor a la Macarena y unir Sevilla (España) y Miami a través de ella", dijo a Efe el sevillano Manuel Gobea Llamas, hermano mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena en esta ciudad de Florida.
Este año la procesión es esperada con especial entusiasmo, ya que coincide la celebración del quinientos aniversario del descubrimiento, en un Domingo de Pascua, del territorio que hoy en día es Florida por parte del explorador español Juan Ponce de León.
A ello se suma que en esta ocasión y por primera vez en la historia la Iglesia católica cuenta con un Papa hispano, el recién nombrado Francisco I, nacido en Buenos Aires.
Además, la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena -más conocida como la Macarena de Miami- acaba de regresar de su restauración en Sevilla, de donde procede originalmente.
La imagen es una talla de 1997, obra del artista sevillano Miguel Bejarano Moreno. Junto a ella, también figura el Cristo Cautivo de Medinaceli, de 1998, que procede de los populares Talleres Granda de Alcalá de Henares (Madrid), creados en 1891 y especializados en arte sacro artesanal.
La Macarena llegó a Miami hace dieciséis años por iniciativa de unos empresarios sevillanos para promover el arte sacro en este país, pero luego fue adquirida por la Parroquia Corpus Christi y, al igual miles de españoles ahora residentes en la llamada "capital del sol", terminó quedándose.
Al año siguiente, en 1998, se celebró la primera procesión y algo después se creó la cofradía. El 25 de agosto de 2001 se fundó la Hermandad Sacramental y Cofradía de Nuestro Padre Señor de las Misiones, Cristo Cautivo de Medinaceli y Nuestra Señora de la Esperanza Macarena.
Desde entonces cada Viernes Santo la procesión viste de gala las calles de Miami con su salida entre sones de saetas y tambores. Como si de Sevilla se tratara, la imagen sevillana silencia a su paso las habituales ruidosas vías de asfalto e impregna el ambiente de olor a incienso, cantos y rezos.
"La estación de penitencia se celebra en la noche del Viernes Santo en un barrio muy humilde, por lo que la hermandad se vuelca por encima de todo en la parte social y de ayuda, que es lo que necesita la zona", explicó Gobea.
Según detalló, la hermandad consta de "más de cuatrocientos nazarenos que no llevan capirotes como los penitentes en España, sino túnicas blancas con capa verde esperanza".
"El paso camina sobre ruedas, porque es complicado un sistema de costaleros, pero el amor a la Virgen es también inmenso", apuntó Gobea sobre la salida bajo palio de la Macarena, que suele ser ovacionada por cientos de asistentes.
Para sorpresa de muchos locales, ya que este tipo de procesiones no son muy comunes en este país, la talla recorre los setenta metros de alfombra floral que se coloca en el suelo para la ocasión. Se trata de una tradición de origen canario que también en es muy habitual en Guatemala y otros países del continente americano.
Mientras, se interpreta su himno en honor a todas las hermandades macarenas del mundo, en lo que supone un ritual de unión simbólica entre los hermanos cofrades a nivel mundial.
La Hermandad de la Esperanza Macarena está inspirada y sigue los pasos de la Hermandad de la Macarena de Sevilla, que tiene raíces y tradición de varios siglos, y a la que le fueron aprobadas sus primeras reglas por la Autoridad Eclesiástica en 1595.
Recientemente, la imagen de la Esperanza Macarena de Miami fue sometida a un proceso de restauración en Sevilla y, antes de regresar en febrero, se expuso en la Basílica de Santa María de la Esperanza Macarena, de dicha ciudad española, junto a la imagen original.