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Sanlúcar

Jueves Santo de mantilla y abanico

Encarando la recta final de la Semana Santa de Sanlúcar, la del Jueves Santo fue una jornada marcada por las altas temperaturas que hicieron presencia en la salida de las Hermandades del Cautivo y La Esperanza, y el aire de levante que refrescó la noche de El Silencio y la madrugada sanluqueña del N

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  • Salida de Jesús Cautivo. -

Encarando la recta final de la Semana Santa de Sanlúcar, la del Jueves Santo fue una jornada marcada por las altas temperaturas que hicieron presencia en la salida de las Hermandades del Cautivo y La Esperanza, y el aire de levante que refrescó la noche de El Silencio y la madrugada sanluqueña del Nazareno.

Devociones compartidas en el Barrio marinero y en el casco histórico para ver las salidas de la Esperanza y el Cautivo, que este año coincidieron en sus horarios. Multitudinarias fueron ambas, dando muestra sus fieles de la devoción que mantienen por estas imágenes. La Hermandad del Cautivo estrenó en su salida procesional los nuevos faldones de terciopelo del paso del Señor, mientras que la Virgen de la Estrella, estrenaba mantilla y puñetas nuevas, la restauración de la candelería del palio y su corona, así como su dorado, por Ramón león. Además, volvieron las flores de cera al palio de la Virgen de la Estrella, hecho que no ocurría hace 20 años. La hermandad, acompañada musicalmente por la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de la Caridad (Santa Marta), de Jerez de la Frontera, en el paso de misterio y la Banda de Música de Maestro Dueñas, de El Puerto de Santa María, para el palio, fue la primera en pasar este año por Carrera oficial.

El Barrio se echó a la calle para recibir a su reina. Los devotos se agolpaban en San Nicolás una hora antes de la salida de los titulares de la Hermandad de la Esperanza, que este año modificó su recorrido por las calles del Barrio, recorriendo Barrameda hasta el monumento y dejando bellas estampas junto a la plaza de toros. La fiesta grande la vivió la Virgen de la Esperanza a su paso por la calle Barrameda, mecida por sus costaleros, vitoreada por sus fieles y a los sones de las saetas interpretadas desde los balcones, la Reina del Barrio recorrió sus calles bajo un manto de pétalos. Lucía María Santísima de la Esperanza Coronada un nuevo sudario donado por un hermano. Estrenó la Hermandad los paños de bocina y el Señor lució la nueva corona de espinas que ha sido donada por el grupo joven de la hermandad. Como acompañamiento musical, la Banda de CC y TT Santísimo Cristo de los Milagros en el Cristo, y la Banda Sinfónica de Julián Cerdán en el paso de palio, ambos de Sanlúcar, pusieron el acompañamiento perfecto a una estación de penitencia que llevó al Barrio Alto a los cerca de 450 nazarenos que componían el cortejo, muchos de ellos niños.

Ya por la noche se hizo el silencio en San Francisco y se echaron a la calle los nazarenos de la lasaliana Hermandad del Silencio que este año, por primera vez, incorporó un cuerpo de monaguillos en su cortejo. Un centenar de nazarenos acompañaron a los pasos de Nuestro Padre Jesús del Silencio y María Santísima del Amor en su estación de penitencia.

Poco después de la recogida de la Hermandad del Silencio se abrieron las puertas de la Basílica Menor de Nuestra Señora de La Caridad Coronada. La Hermandad del Nazareno comenzaba así su estación de penitencia, acompañado el Señor por Nuestra Señora de La Amargura, iluminó las calles hasta primeras horas de la mañana, cuando se recogieron en su templo acompañados por centenares de fieles que esperaban en la cuesta de La Caridad su recogida. Por primera vez bajo las órdenes de Manuel Harana como hermano mayor, la Hermandad del Nazareno estrenó la Gloria del techo de palio, con imagen de la Inmaculada, las dos maniguetas delanteras del paso del Señor, las potencias de Jesús Nazareno y el puñal de la Virgen de la Amargura.

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