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"La personalización de la dieta en personas mayores es fundamental"

Médica, psicóloga y especialista en nutrición, tiene a su cargo el bienestar de los usuarios de la Residencia de Ancianos de la Cruz Roja de San Fernando.

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Médica, psicóloga y especialista en nutrición, tiene a su cargo el bienestar de los usuarios de la Residencia de Ancianos de la Cruz Roja de San Fernando. Obviamente con todo un equipo de especialistas detrás, pero ello sólo implica repartir el enorme trabajo que es cuidar prácticamente a la carta a personas que ya precisan de dietas específicas acordes a su estado de salud.

Patrizia Marruffi es genovesa pero lleva treinta años en San Fernando y considera que la nutrición es importante, o muy importante, en todas las etapas de vida, aunque diferencia dos términos que se emplean como sinónimos y no lo son, la nutrición y la alimentación.

“Cuando hablamos de alimentación escogemos alimentos por estímulos fisiológicos, tengo hambre, o psicológico, porque me apetece. Es voluntario. Pero la nutrición que es lo que realmente aporta beneficios para la salud depende de nuestros órganos, del metabolismo y sobre eso no tenemos control. Por eso es tan importante tener una buena alimentación con el objetivo de tener una buena nutrición”.

La nutrición, pues, se determina en función de las circunstancias, lo necesario en la etapa de crecimiento del niño, un embarazo en la mujer, una actividad deportiva en la que el metabolismo tiene que adaptarse a una situación nueva y obviamente, el envejecimiento.

“Nuestros mayores necesitan muchas veces de la personalización de la dieta, de la nutrición. Es la nutrigenómica, adaptar la alimentación de esa persona a su circunstancia personales”, explica Marruffi.

A pesar de que durante muchos años la información sobre la alimentación no ha sido todo lo buena que debió haberlo sido -dietas mientras más extravagantes mejor, consejos más para vender productos que para obtener resultados…- “pero cada vez hay más información correcta sobre lo que es una buena alimentación. Hay un punto en que una dieta puede ser nefasta para una persona o una dieta o una bien proporcionada es terapéutica”.

Marruffi alerta sobre los intereses comerciales que aconsejan tomar muchas vitaminas cuando con una buena alimentación se consigue el aporte necesario. Ha habido en España y en muchos países del mundo criterios dispares hasta a nivel científico que cambiaron las pautas de alimentación y luego han vuelto a reencauzarlas otros estudios porque los primeros obedecían a otros tipos de intereses.

Patrizia Marruffi mantiene que hasta la fecha la dieta mediterránea sigue siendo la mejor, aunque explica algo fundamental sobre ella. La dieta mediterránea es la ideal para los mediterráneos porque su genética está hecha a ella.

 “Los mediterráneos nos hemos acostumbrado a tener productos del mar y de la tierra, y el aceite de oliva, muchas verduras, legumbres, carnes normalmente magras, pescado azul… es una dieta a la que nos hemos acostumbrado y que se ha demostrado que es cardiosaludable. Los cambios introducidos en esa alimentación son los que han hecho que tengamos problemas cardiovasculares. Pero eso significa que la dieta mediterránea no es dieta ideal para todas las poblaciones. Los esquimales comen distintos porque hay una adaptación del metabolismo a los recursos de cada zona”.

Eso no quita que esté demostrado que si se quiere implantar una dieta general para toda la población, la mediterránea sigue estando a la cabeza en beneficios generales.

Centrándose en la alimentación para personas mayores, existe una alimentación estándar, pero el cambio metabólico le producido cambios en la microbiota, que es la flora intestinal y que son responsables de casi el 80 por ciento de su inmunidad. “La personalización de la dieta en mayores es fundamental y eso sí se intenta hacer de una forma lo más personalizada posible en cuanto a optimizar los alimentos que les damos según su patología, su estado nutricional”.

“Hay quien cree que la persona, por ser mayor, necesita menos nutrientes y sin embargo puede ser que necesite menos energía porque su movilidad ha disminuído pero sí es necesario suplementar otros micronutrientes, aportar vitamina 12, vitamina D…, porque puede ser que a pesar de una dieta basal esa persona necesite, por su metabolismo, ese aporte de más. Es suele ocurrir en mayores en general porque cada vez que el cuerpo se enfrenta a una patología, una úlcera, una infección… aumenta su requerimiento nutricional”.

Lo normal es la Residencia de la Cruz Roja es un análisis nutricional completo que lo valora todo, incluso el estado emocional o social, su historia personal, qué está acostumbrado a comer, sus gustos personales… “Todo eso se valora y se adapta a los cambios que puedan sufrir”.

“Los gustos personales en la medida de lo posible se intentan respetar. Pero si esos gustos son tan selectivos que no permiten una alimentación equilibrada hay que intentar modificarlo para alcanzar el objetivo de salud, que sea la mejor alimentación en ese momento de su vida”.

El objetivo no es sólo la alimentación y la nutrición sino que éstas van de la mano del ejercicio físico que deben hacer las personas mayores y del que se encargan los fisioterapeutas, porque se va perdiendo masa muscular y es necesario mantener en lo posible la autonomía de la persona. Por eso Patrizia Marruffo habla siempre del “equipo”, no sólo de nutricionistas sino en general de la residencia.

Pero como el mundo de Dios es inmenso y cada persona es como es, a todo lo anterior se suma el trabajo psicológico en aquellas personas que llegan a la residencia y tienen que cambiar de hábitos. No porque haya llegado a una residencia, sino porque han analizado su situación personal y han diseñado qué es lo mejor para ella en lo que se refiere a la alimentación.

“Hay que convencer de que esas pautas son las más recomendables, que hay que seguir, que ya veremos los resultados… Es una adaptación muy importante para conseguir el objetivo que no es otro que el bienestar de la persona”.

Y en contra de lo que se pueda creer, chovinismo incluido, de que nos encontramos en el mejor lugar de la tierra, los mediterráneos que tienen esa dieta tan aconsejable tienen también un problema.

“En la franja mediterránea que tenemos todos los alimentos pero también calor, tenemos alto riesgo de sobrepeso. Tenemos falta de frío. Cuanto más vamos hacia el norte podemos tomar más calorías. Nuestros cuerpos no tienen que trabajar en mantener la temperatura corporal y en eso estamos un poco perjudicados”.

Si eso se le aplica a los niños a los que se les adivina un futuro más sedentario, con el ordenador delante, la obesidad que ya se registra puede ir en aumento porque de momento no ha habido una adaptación a no mover tantos músculos como tiene el cuerpo humano.

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