La empresa Pascual Pascual SA parte de la eliminación del Hospital San Carlos, lo que supone algo más que el hecho de que se pierda la oportunidad de tener un hospital en La Isla con lo que supone no sólo de asistencia sanitaria, sino de riqueza en toda la zona y en las empresas suministradoras. Incluso aunque no estuviera al cien por cien. Además de eliminar competencia a sí mismo.
Juega además con la vertiente social del futuro conflicto que supondrá el despido de los trabajadores laborales, no estatutarizados y que pueden entrar en un ERE extintivo por parte de Defensa.
Se compromete a hacerse cargo de la plantilla, obviamente bajo las condiciones del resto de sus empleados -faldas y cofias aparte- pero como el resto de sus empleados y gracias a la Reforma Laboral actualmente en vigor más lo que se le añada, en la cuerda floja de un despido de 20 días por año trabajado. Y no aclara si le reconoce los derechos laborales adquiridos, que a Defensa le costaría, según José Manuel Pascual, unos 60 millones de euros al día de la fecha. O sea, dos años de lo que a Defensa le cuesta mantener el hospital abierto.
En tercer lugar, cambia el Hospital de San Carlos por un Centro Hospitalario de Alta Resolución (Chare), un servicio cuya construcción puede asumir la Junta de Andalucía sin ningún tipo de prestación y que fue una de las promesas de los socialistas para contrarrestar las peticiones del uso compartido del Hospital Naval. Con el agravante de que lo ubica a la salida de San Fernando, en los terrenos de Janer, igual de lejos para casi todo el mundo en una ciudad lineal y sin valor añadido para un comercio inexistente en esa zona. Y a tres minutos de Cádiz.
Y eso es sólo en lo que al tema sanitario se refiere. El resto de la propuesta pretende presentarse como un proyecto de desarrollo para la Bahía permitiéndosele acceder a los mejores terrenos de La Isla y a lo poco que queda en Cádiz. Eso sí, con un desarrollo que comenzará cuando lleguen tiempos mejores. O sea, cuando haya empresarios de sobra para realizar ese desarrollo y la oferta y la demanda los obligue a ajustar las cuentas para competir.
Una oferta leonina
José Manuel Pascual ha dado a conocer este miércoles en Cádiz la propuesta con la que pretende salvar los 360 puestos de trabajo de personal sanitario y civil del Hospital de San Carlos y que pasa irremediablemente porque Defensa acepte su propuesta sin alternativas de entregarle varios terrenos militares "muertos" que hay tanto en San Fernando como en Cádiz para desarrollar un macroproyecto global, que incluiría construir un Centro Hospitalario de Alta Resolución de 15.000 metros cuadrados en Janer, un complejo hotelero de alrededor de 1.000 habitaciones en Los Polvorines de San Fernando y otro hotel de unas 350 habitaciones en la Residencia de Cortadura.
Además, su idea se completa con otro hotel de 140 plazas en el antiguo Campo de Las Balas una vez que paradores parece que ha rechazado una ampliación de sus instalaciones del Parador-Hotel Atlántico. En este caso el siguiente paso sería que el empresario y el Ayuntamiento gaditano alcanzasen un acuerdo para la reversión de los mismos por un importe de tres millones de euros no más, que fue lo que en su día pagó por ellos el Ayuntamiento a Defensa. Y por último, otro desarrollo hotelero en la Residencia Tiempo Libre, éste aún por determinar.
En total, unas 1.800 habitaciones entre San Fernando y Cádiz, y una macroactuación sobre una superficie de alrededor de 100.000 metros cuadrados. Estos dos últimos no entran dentro del paquete de condiciones de San Carlos.
Pascual asegura que el coste de esta operación no le supondría al Ministerio de Defensa ni la tercera parte de lo que le costaría el cierre del hospital de San Carlos y despedir a su personal que, según él mismo ha tasado, rondaría los 60 millones de euros.
El Hospital de San Carlos
El empresario gaditano desgranó de manera pormenorizado qué es lo que quiere a cambio de asumir a la plantilla de San Carlos, que dejaría de ser personal funcionario adscrito al Ministerio de Defensa y se regiría por el convenio que actualmente tiene el personal de Pascual Pascual SA.
A grosso modo, su plan pasa por una ocupación temporal mientras dure la crisis económica del hospital de San Carlos, que pasaría a funcionar como un CHARE que cubriría el 85 por ciento de las necesidades sanitarias de los isleños. A cambio, exige que Defensa le dé los terrenos de Janer para construir un CHARE de una planta y y también parte de los que tiene en Polvorines para construir un complejo hotelero de 1.000 habitaciones. A todo ello hay que sumar el Complejo de Cortadura.
Aparte, pretende otro acuerdo para que la Junta le dé esos once millones de euros al año que dice que está dispuesta a invertir para la ampliación del convenio de San Carlos y que se los dé mientras que el IPC no alcance el 1,2.
Estas son las condiciones y las administraciones las aceptan tal y como las expone, o no hay negocio.
El rechazo que ha provocado
La aparición en prensa desde el pasado lunes de la empresa Pascual Pascual SA como alternativa para San Carlos provocó voces contrarias de manera inmediata a una posible privatización del hospital isleño. Sobre esta situación, el empresario indicaba que "no sé cómo son capaces de rechazar una propuesta que ni tan siquiera conocen", puesto que el contenido de la misma sólo ha sido notificada al Ministerio de Defensa hasta ahora.
Además, es conocido que el acuerdo entre Defensa, el Ayuntamiento de San Fernando y Zona Franca para la compra de Janer estaba a expensas de la publicación del PGOU, algo que ya se ha producido, para su firma con un coste de seis millones de euros. De ahí que le preguntara sobre su intención de hacer el CHARE allí y que los terrenos pasasen a ser de su titularidad.
"Sólo sé que con Zona Franca hay un acuerdo de intenciones o de palabra. Si a Defensa le parece bueno nuestro proyecto global firmará con nosotros y, si no es así, lo hará con ellos. Yo sólo digo que con nosotros se va a ahorrar los 60 millones de euros que supondrá despedir a la plantilla de San Carlos".
Por último, no se atrevió a cuantificar el dinero que supondría este macroproyecto a nivel de inversión, ni cuánto sacaría de beneficio, ni tampoco cuántos puestos de trabajo generaría. Sólo acertó a decir que los primeros años perdería dinero de su bolsillo al asumir el coste de mantener abierto el Hospital de San Carlos, una cantidad que sería, según él, de unos 16 millones de euros anuales, resultantes de restarle los once millones que la daría la Junta a los 27 que dice Defensa que le cuesta anualmente el funcionamiento del hospital.