Derrota isleña en el primer partido de la temporada, en el que los locales en los 10 últimos minutos tiraron por la borda todo el trabajo realizado, dando en bandeja la victoria al conjunto de Estepa por 28-32.

El equipo de Jorge Navarrete salió excesivamente precipitado a la cancha, lo que se tradujo en descoordinación en defensa y en numerosos errores en ataque, que eran bien aprovechados por los sevillanos para tomar las primeras ventajas en el marcador. Los rojillos pecaban de excesiva precipitación y de querer resolver pronto en ataque, lo que facilitaba el trabajo defensivo de los visitantes.

Con el paso de los minutos los rojillos empezaron a asentarse y el juego se volvió más igualado, así como el marcador donde las ventajas eran mínimas para los sevillanos, gracias sobre todo a un mejor trabajo defensivo y a aprovechar bien las acciones atacantes sobre todo los lanzamientos de Cafranga, que veía puerta con facilidad. El resultado de 16-17 al descanso dejaba todo para decidir en el segundo periodo.

El comienzo del último periodo no aclaraba para nada el resultado del choque, ambos equipos se mostraban muy parejos y los errores se repartían a partes iguales. Los parciales en el luminoso mostraban una tremenda igualdad y ninguno de los dos equipos conseguía una diferencia mayor de un solo gol.

A partir del minuto 45 los isleños empezaron a mostrarse más seguros, sobre todo porque cometían menos errores y pérdidas que los estepeños. Esta buen juego de los rojillos les llevó dos goles arriba en el luminoso y posesión de balón. Esta jugada que de haber acabado en gol les hubiera puesto las cosas más fáciles a los locales, acabó en una pérdida que fue bien aprovechada por los sevillanos para reducir diferencias y hacer caer a los isleños en un mar de errores y precipitaciones. Los jugadores de Jorge Navarrete naufragaron totalmente, daban tremendas facilidades en defensa y en ataque no veían puerta por ningún lado. Un parcial de 1-7 en los últimos 9 minutos terminó por desaborlar al conjunto isleño, que desapareció totalmente de la pista en los momentos decisivos del choque.