Los isleños salieron a la calle apenas terminar el partido para llenar la plaza del Rey de banderas de España y camisetas de la Selección.
Se sufrió menos que otras veces aunque con los italianos nunca se sabe (sabía). Los dos goles de la primera parte permitieron ver un partido más tranquilo y hasta cuatro veces sonó en todo La Isla la algarabía que anuncia un gol de España.
Tras el silencio en las calles solitarias, la alegría en la plaza del Rey y la calle Real, bandera española para Varela y agua para los más cercanos a la fuente, incluidos los fotógrafos de esta casa.
Niños, jóvenes, maduros y más maduros disfrutaron una vez más -y va tres seguidas- con la mejor Selección española de todos los tiempos. Ya sólo queda saber -decía Camacho- quién será el rival de España en la final de Brasil.
Pero eso será dentro de dos años. Ahora, que nos quiten lo bailao. Ni siquiera la prima de riesgo preocupa... si es que no estaba también en la plaza del Rey.