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Las 'petites mains' de Laura

Hoy dedicamos nuestro espacio de emprendedores a Laura Caballero, diseñadora de moda flamenca y tocados, costurera por obligación más que por vocación, y un talento imparable que tiene mucho que decir.

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  • Laura Caballero en su taller, desde donde sale la magia. -

Es imposible verla quieta más de un minuto seguido. Cuando entras en el taller de Laura Caballero, nunca reina el silencio ni la inactividad. O bien se escuchan risas, conversaciones animadas de mujeres, o bien música bien alta que la inspira. Ella se mueve de un lado a otro sin parar, dando una puntada aquí, rematando una costura allá, guiando el corte de un patrón en aquel lado, o afanándose para echar a andar como es debido una remalladora que se ha rebelado ante la proximidad de las Ferias.

Laura, la Da Vinci de este espacio dedicado a la creatividad entre costuras, es capaz de hacerlo todo. Quiere estar en todas partes, tanto cuando está impartiendo clases de costura y patronaje, como cuando diseña un traje de flamenca, o comunión, una capa o una falda, o quizás mientras inventa una nueva fantasía para un tocado. Es incombustible y apabulla la creatividad que tiene, que sale de ella sin freno.

Si tuviésemos que clasificarla, no podríamos. Desde que se iniciase en el mundo de la costura, guiada por su amor al patronaje y al diseño, Laura no ha parado. Disfruta creando, y la costura no es más que una consecuencia. La arquitectura de un patrón, el boceto de una nueva diadema de flores blancas para una novia, un traje coqueto para estrenar en abril o mayo... todo eso está dentro de su cabeza y tiene que sacarlo. Al final, coser no es más que una necesidad para conseguir llevar a la realidad lo que ha nacido dentro de su mente.

Laura Caballero, que ya al fin se ha decidido a firmar sus creaciones, enseña a coser y a elaborar patrones a muchas mujeres de Rota, que acuden a su taller en Compás del Convento a compartir risas, puntadas, y confidencias. Entre esas puntadas, Laura es como la terapeuta, que solo interviene si es necesario, mientras cada una de sus alumnas saca su personalidad sobre la alta mesa en la que trabajan.

Es fácil ver su tendedero, con vistas a la Torre de la Merced, vestido con telas de lunares, preparadas para dar lo mejor de sí envolviendo un cuerpo, unas curvas, por el recinto ferial. No en vano se dice que las roteñas son de las que mejor se visten de flamenca, por su gusto al confeccionar sus vestidos, por el garbo con el que los lucen; muchos de ellos salen del taller de Laura, que lo sabe, pero también cree que la actitud juega un papel importante: “si te sientes guapa vestida de flamenca, éso es lo que vas a transmitir”. La actitud es el secreto, pero sin duda un vestido bien cosido, ceñido al cuerpo, y con una flor en la cabeza bien plantá hacen mucho para fomentar esa actitud.

¿Y las tendencias? Siempre se escucha éso de que el traje de flamenca es el único que evoluciona con la moda. Para Laura, no es tanto éso como las telas que vienen de fábrica. Al fin y al cabo, todo está ya visto, y muchas son las que no se guían por las pasarelas de Sevilla o Jerez, sino por una tela favorecedora, y un diseño adaptado al cuerpo y a la personalidad de la flamenca. Para eso Laura tiene ojo, y sabe bien dónde tiene que ir un volante y hasta donde debe llegar una manga.
Otra de sus muchas facetas son los tocados y complementos. Ahí nuestra protagonista de hoy saca toda la magia que lleva dentro, que no es poca, y la pone al servicio de sus manos. No hay boda en Rota  y parte del extranjero en la que no se luzca alguna de sus creaciones, marcadas por la elegancia, los detalles, y la impecable factura. Incluso alguna novia ha podido lucir ya en su cabello alguna de esas pequeñas obras de arte en el día de su boda. ¿ Su secreto? Un poco de hechizo que ella misma conjura, y un poco de música inspiradora, a ser posible elegida por la destinataria del tocado en cuestión.

Ahora mismo su taller bulle de actividad, pero también saca tiempo para regalar sus sentidos y los de sus seres queridos con algún postre, dulce o tarta, porque hasta para éso tiene unas manos de oro. Más uno daría un brazo por su receta del bizcocho de zanahoria con frosting...
Las petites mains, esas costureras fantásticas que se esconden detrás de las grandes firmas de moda, en el caso de Laura Caballero pertenecen a la propia Laura: ella es el secreto de un nombre propio que se ha lanzado tímidamente como firma, y que sin duda pasará del boca a boca a algo más, porque está destinada a algo grande. Mucho talento en esas manos, unos pases mágicos y a imaginar patrones de formas delicadas y magníficos tocados para dar rienda suelta a una imaginación desbordante y que aún guarda ideas.

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