Así lo han precisado a Europa Press fuentes municipales, que han añadido que esta decisión se comunicó través de un decreto de Alcaldía del pasado día 28 después de que el magistrado del Juzgado Contencioso Administrativo número dos de Jaén, a través del auto 12/11 de 25 de enero de 2011, desestimara dos días antes las medidas cautelares solicitadas por la empresa por las que pedía invalidar las resoluciones del alcalde, Leocadio Marín.
Con dichas resoluciones, se suspendían aquellas actividades y se precintaban las instalaciones de la orujera que no contaban con las preceptivas autorizaciones en materia de Medio Ambiente ni las preceptivas licencias municipales de apertura. Por ello, el Consistorio anunció tras conocer el auto que desde ese momento procedería a la clausura de dichas actividades, algo para lo que, finalmente, ha otorgado un periodo que concluirá el 4 de febrero.
El alcalde informó el pasado 11 de enero de la negativa del propietario de Oleícola Jaén a cerrar ciertas partes de la planta que, según los técnicos locales, son "ilegales" al estar funcionando "sin licencia de obra ni de actividad". Al respecto, añadió entonces que la empresa llevaba "muchos años abusando de esta ciudad" desde que el Consistorio se comprometiera en un informe de la Unesco a eliminar la planta por suponer un "riesgo de contaminación medioambiental" que había que superar para poder ser declarada junto a Úbeda Patrimonio de la Humanidad, algo que finalmente ocurrió el 3 de julio de 2003.
En este sentido y tras detallar el largo recorrido para intentar lograr un acuerdo sobre el cambio de ubicación de la orujera en el que la Administración local fue "generosa", Marín recordó que el dueño presentó el plan de actuación "cuando se le inicia una inspección, ha mentido en documento público y la conclusión final es que no pretendía irse, sino dilatar y, si han visto todo el expediente, rezuma generosidad y amplitud de miras, pero parece ser que hay quien cree que vivimos en otros tiempos".