Algunas de las fotografías que Don McCullin hizo a los Beatles en el verano de 1968 se convirtieron en iconos culturales del siglo XX.
Algunas de las fotografías que Don McCullin hizo a los Beatles en el verano de 1968 se convirtieron en iconos culturales del siglo XX, pero hasta ahora no se había mostrado el resultado íntegro de aquella sesión, que Paul McCartney recuerda como "un gran día en la calle".
"Un día en la vida de los Beatles", que acaba de publicar en español La Fábrica, ofrece en 88 imágenes, muchas de ellas inéditas, la cara más espontánea del "grupo de personas más famoso del mundo", según lo define el fotógrafo en el prólogo de este libro.
Cuenta McCullin -quien en la época era ya un curtido corresponsal de guerra- que cuando recibió una llamada telefónica en la que proponían pasar un día fotografiando a los Beatles a cambio de unos honorarios de doscientas libras (227 euros al cambio actual) pensó "que era una broma".
"Hubiese estado dispuesto a darles yo a ellos las doscientas libras", asegura el fotógrafo, quien, acostumbrado a las imágenes de guerra, se enfrentaba en esa ocasión con algo bien distinto: cuatro tipos "en la cima de su poderío" con personalidades "muy diferentes".
McCullin los recuerda así: "John Lennon y Paul McCartney eran claramente los líderes; George Harrison era el más callado, y Ringo parecía mantenerse un poco al margen".
En julio de 1968 los Beatles estaban inmersos en la grabación del "Álbum Blanco", uno de sus proyectos artísticos más fascinantes, pero también una experiencia disgregadora que marcó el comienzo de la cuenta atrás del grupo.
"Era un período oscuro. Fue un gran disco, pero difícil de realizar", admite McCartney en la introducción del libro, donde explica que los Beatles buscaban "algo distinto" cuando pensaron en McCullin, tras haber trabajado con fotógrafos como Richard Avedon, Norman Parkinson y David Bailey.
El fotógrafo acudió a la cita con los Fab Four "sin ninguna agenda", excepto el encargo de tomar una imagen en color para la portada de la revista "Life".
Para esta foto empleó una máquina de viento ante la que los cuatro músicos sonríen. La instantánea se convirtió en una de las más famosas de la sesión y abre un libro que reconstruye el paseo que los Beatles y McCullin dieron por Londres aquel día de julio.
El recorrido incluyó parques y calles de diversas zonas de la ciudad, antes de terminar en casa de Paul McCartney en St John's Wood, donde los cuatro posaron junto a Martha, la perra del bajista.
Hay retratos individuales y fotos de grupo, la mayoría en blanco y negro. Entre ellas, los fans reconocerán la imagen utilizada para ilustrar el interior de las álbumes recopilatorios conocidos como "Rojo" y "Azul".
Los Beatles posan con naturalidad y se muestran ocurrentes ante el objetivo de McCullin, quien acababa de regresar de la guerra de Vietnam.
"Se nos ocurrió que nosotros debíamos ser la guerra. Proveeríamos el campo de batalla y todo saldría bien. Él sólo tendría que entrar en acción. Y eso fue exactamente lo que ocurrió", relata McCartney.
El fotógrafo recuerda aquel día como "un accidente del que nadie se hizo responsable". "Ellos -añade- simplemente aprovecharon cada situación para arrojarse al vacío. Se abrieron por completo".
"Un día en la vida de los Beatles" termina con una inquietante imagen en la que Lennon, que fue asesinado en 1980, posa como si estuviera muerto, rodeado por sus compañeros. Harrison, que murió en 2001, lleva puestas las célebres gafas redondas de John.