Los españoles Pedro Rodríguez y Jorge García, autores de "Las aventuras imaginarias del joven Verne", buscan consagrarse en "la meca" del cómic gracias a la candidatura de su historieta a los premios del Festival de Angulema (Francia), la muestra más importante de Europa dedicada al noveno arte.
Como cada año desde 1974, esa discreta localidad del centro-sur de Francia se convertirá del 27 al 30 de enero en el epicentro del universo del cómic, donde se darán cita más de 7.000 profesionales, autores, expositores, periodistas de una treintena de países y unos 200.000 aficionados.
"Angulema es la meca, sobre todo para un dibujante de la línea europea", explica a Efe Rodríguez, creador y dibujante de un libro que se inspira en la infancia del escritor Julio Verne para alumbrar una historieta cercana a las aventuras de Tom Sawyer, el personaje de Mark Twain.
Con guión y documentación a cargo de Jorge García, el cómic compite en la Sección Juventud del festival, en la que otros diecinueve títulos publicados en francés entre diciembre de 2009 y noviembre de 2010 se someterán al voto de un grupo de niños de entre 8 y 12 años.
Es una de las tres categorías que premiará la muestra, en la que se han seleccionado en total 86 álbumes.
De ellos, otros 58 estarán en la Sección Oficial, donde lucharán por hacerse con el galardón a la mejor historieta, al premio especial del jurado o al premio a la audacia; y 8 más, en la Sección Patrimonio, la lista de títulos que componen la historia global del cómic.
Además, el Festival Internacional del Cómic de Angulema inaugurará este año una noche VIP, exposiciones para acercar el cómic a los más jóvenes, un espacio dedicado al manga japonés, conferencias, proyecciones y, por supuesto, expositores.
Su candidatura, reconoce Rodríguez, es una magnífica tarjeta de presentación para llamar la atención de los editores de Francia, donde el mundo del cómic tiene mucho más calado que en España.
"Cualquiera pone la cabeza en Francia", dice un dibujante que concibe sus historietas para el mercado franco-belga porque su objetivo es "trabajar en Francia, directamente".
En España, "un libro de 7.000 ejemplares es un éxito. En Francia, se llegan a editar decenas de miles de copias", dice el dibujante, quien destaca que en ese país el cómic "llega a todo el mundo" porque "hay historietas para todos los públicos".
Por eso, este ilustrador de libros y dibujante de 36 años viajará por primera vez a Angulema con la intención de promocionar su libro pero también de intentar que los editores le escuchen "con más interés" y publicar más en un mercado con mayor recorrido, siempre de la mano de su "pareja de hecho" artística y guionista, García.
En España "el nivel de los dibujantes es muy bueno", pero "se pueden contar con los dedos de una mano" los que viven exclusivamente del cómic, lamenta Rodríguez, que reclama una protección similar a la que recibe el cine o iniciativas para que los niños se acerquen a la lectura a través de la historieta.
La desconexión con el público en España se produjo en los años ochenta, cuando los dibujantes se orientaron hacia la ciencia ficción y hacia el cómic para adultos, provocando que, tres décadas después, los aficionados constituyan un segmento "underground" y minoritario, explica.
No obstante, Rodríguez detecta un "resurgir" del noveno arte en España, gracias al "pequeño auge de la novela gráfica" y al éxito de autores como Joe Sacco o Art Spiegel, ganadores ambos del premio Pulitzer.
Ayudan también iniciativas como la creación en 2007 del Premio Nacional del Cómic, que en su última edición distinguió a "El arte de volar", de Altarriba y Kim.
Los tímidos pasos para recuperar la industria en España distan del esfuerzo francés, que tiene su mejor escaparate en el festival de Angulema, que contará este año con un presupuesto de 3,6 millones de euros y tiene garantizada financieramente su existencia al menos hasta 2013.
"Francia es la meca" del cómic, concluye Rodríguez, que asegura sentirse un privilegiado porque vive "del lápiz", aunque sea combinando su faceta de ilustrador con la de dibujante de cómics, un mundo que para la inmensa mayoría de los autores es un pasatiempo y que él, por lo menos, ha conseguido que le salga "un poco rentable".