Una complicación en la diabetes que padecía, según fuentes consultadas ayer por Efe, ocasionaron la muerte de Begué, quien fue velado por familiares y amigos en el Tanatorio de San Isidro el pasado 1 y 2 de enero.
“Sigfrido (Martín Begué) se ha ido casi como en uno de sus cuadros: elegante, cruzando el finísimo velo. Y nos ha
dejado un bello aroma, el de su persona y el de su obra”, dijo a Efe Ouka Lele, Premio Nacional de Fotografía 2005 y miembro de La Movida madrileña.
Ouka Lele recordó que “todo el rato” le “viene su sonrisa”, como si le “transmitiera: Bárbara –nombre de Ouka Lele– esto es una broma”.
La galerista sevillana Juana de Aizpuru indicó apenada a Efe que la muerte de Begué, artista que representaba su galería, es una “pérdida tremenda”.
De Aizpuru afirmó que el pintor, fallecido a los 51 años y al que conoció cuando él tenía 19 años, era una “persona extraordinaria, un niño prodigio y un hombre muy brillante con una capacidad intelectual asombrosa y sentido del humor”.
Calificado de “pozo de sabiduría”, Begué como artista era “excepcional” y su “pintura era diferente de lo que se hace hoy en día”, comentó la galerista.
Por su parte, el pintor y compositor ovetense Pablo Sycet, que comisarió con Begué la muestra en honor a su amigo común Carlos Berlanga, recordó a Efe que “su pérdida es una parte irreparable y escandalosamente dolorosa en el arte contemporáneo”.
Begué estaba dotado de una “inventiva que no tiene parangón” por lo que su obra rezuma “un estilo inconfundible” y “una ironía y fantasía que es raro de encontrar en estos tiempos”.
Vinculado a dos grupos artísticos claves en España en los años sesenta y ochenta: Los Esquizos y La Movida, Martín Begué fue “un personaje puente entre las dos generaciones”, indicó a Efe María Escribano, comisaria de Los Esquizos (2009), muestra que organizó el Museo Reina Sofía y acogió la Fundación Suñol.
Además de la pintura, Begué, que “vivía intensamente la vida como en un musical”, señaló Escribano, desarrolló una prolífica carrera como escenógrafo de ballet y ópera, como El Barbero de Sevilla cuyo montaje iba a mostrarse en marzo próximo en Murcia, señalaron varias fuentes a Efe.
Además de esa ópera, a su muerte quedan en el aire varios proyectos previstos para 2011, como la retrospectiva Sigfrido Martín Begué. Fantasmagorías, espejismos y apariciones 2001-2011 organizada para el Museo-Fundación Antonio Pérez (Cuenca), dijo a Efe Pérez Manzanares.
Exposición que recoge el “universo sigfridiano” desde la fascinación que sentía Begué por la cultura popular hasta su premiado diseño de la falla Na Jordana en 2001.