“Tengo mucho respeto por la gente, pero más tengo por mí mismo y no quiero actuar si no estoy en las mejores condiciones para hacerlo”, ha afirmado Ríos, de 66 años, en una entrevista con Efe.
El cantante granadino se mostró “afortunado” por haber podido escoger el momento para poner fin a su actividad profesional, y admitió que durante “los últimos veinte años” un montón de veces le han preguntado “¿para cuándo la retirada?”. Ahora es muy distinto, porque no paran de decirle que “va de farol”, comentó entre risas el rockero.
La primera parada de Ríos será en Granada, el 17 de septiembre, la ciudad en la que “comenzó todo” y donde ofreció sus primeros recitales cuando era un niño, dedicados “a los vecinos” del barrio de La Cartuja, según contó el cantante.
Además, Barcelona, el 4 de noviembre, y Madrid, dos días después, pondrán punto y final a tantos años “viviendo en la carretera” con el rock and roll como único camino.
Durante las últimas semanas, Ríos ha sido el protagonista de una campaña en internet que se “tragaron” varios medios nacionales, en la que se podía ver al artista lanzando una televisión desde la ventana de un hotel o pegando un puñetazo a Loquillo durante una discusión.
“Se trataba de reírnos de los tópicos del rockero gamberro que hace este tipo de cosas, pero personalmente pensaba que nadie lo creería, sobre todo porque quién me conoce sabe que soy un tipo coherente que dejó los vicios y la locura hace tiempo”, explicó el cantante.