Su mala salud y sus crisis psíquicas obligaron a Jane Bowles a pasar su última etapa ingresada en centros hospitalarios de la capital malagueña, donde murió el 4 de mayo de 1973.
Junto a la sepultura se han congregado diversas personalidades de la literatura como María Victoria Atencia, Jesús Aguado, Álvaro García, Rodolfo Häsler, Aurora Luque, María Navarro o Vicente Molina Foix.