La Guardia Civil ha culminado la operación Fortis en la que se han detenido a once personas y se investigan a otras nueve que formaban parte supuestamente de una organización criminal que habría defraudado alrededor de un millón de euros al Servicio Andaluz de Salud falsificando recetas para obtener anabolizantes que distribuían posteriormente en el mercado negro.
La organización supuestamente se dedicaba a la falsificación de recetas para conseguir la dispensa de anabolizantes, dopantes, estimulantes y tranquilizantes que suelen tener un precio de unos 150 euros, pero que en el mercado negro llegaban a venderse a entre 500 y 600 euros, ha detallado en rueda de prensa el subdelegado del Gobierno en Granada, Francisco Fuentes.
Los once detenidos y los nueve investigados lo han sido por supuestos delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, falsedad documental y estafa al Servicio Andaluz de Salud; han pasado a disposición judicial quedando en libertad con cargos.
Desde abril hasta diciembre de 2016, la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil ha descubierto que al menos siete farmacias de la capital estaban implicadas en esta trama de falsificación de recetas.
Fue la Inspección Médica de Granada la que dio lugar al inicio de la investigación tras detectar la dispensación de cantidades llamativas de un medicamento que se prescribe normalmente para el tratamiento de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas, y que se utilizan también para incrementar la musculatura.
Un empleado de una empresa de mantenimiento de un hospital público granadino se dedicaba a "robar talonarios de recetas" en varios centros de la ciudad con datos de hombres pensionistas y posteriormente contactaba con un trabajador de una empresa subcontratada por la Hermandad Farmacéutica "para obtener los medicamentos y su posterior venta en el mercado negro" en connivencia con varias boticas de Granada , ha detallado Fuentes, que ha incidido en que las Fuerzas de Seguridad del Estado y los ciudadanos "tenemos la obligación de perseguir este tipo de delitos que al final perjudican a las personas y a la sociedad".
Principalmente en dos farmacias de la capital granadina, los detenidos supuestamente han falsificado al menos 320 recetas entre diciembre de 2013 y abril de 2016 de tal modo que podían conseguir los medicamentos a un coste muy reducido por tratarse de recetas bonificadas para pensionistas.
Con la operación Fortis "se cierra un ciclo de la operativa de una organización estratificada en varios escalones a todos los niveles" en la que el trabajador también sustrajo supuestamente etiquetas adhesivas identificativas de pacientes y dos sellos médicos aprovechando que tenía acceso a las consultas, ha especificado el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Granada, Manuel Llamas.
Este empleado supuestamente vendió lo sustraído a un joven que es quien habría conseguido convencer a los empleados de las farmacias para que le dispensaran los medicamentos sin seguir el protocolo establecido.
La jefa de Inspección Médica del SAS en Granada, Carmen González, ha resaltado el trabajo que se realiza en el control de los medicamentos "que pueden entrar en el mundo de lo fraudulento en su venta tanto en la prescripciones tanto públicas como privadas" y en su "dispensación en las oficinas de farmacias".
En este caso, había medicaciones prescritas que no eran adecuadas pues "la mayoría de los pacientes a los que se las prescribió eran hombres" cuando tenían "una indicación muy clara para mujeres".