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Provincia de Granada

El acusado de matar a dos miembros de una misma familia en Rey Badis culpa a su hijo menor de edad

Los hermanos no hicieron caso a estas palabras, bajaron las escaleras y cuando estaban ya en el portal del bloque dispuestos a salir a la calle, el procesado les dijo que esperaran para hablar "como los hombres"

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El acusado de asesinar a dos miembros de una misma familia en un edificio de la Plaza del Rey Badis, en la zona norte de la capital granadina, tras dispararles con una pistola semiautomática después de haber discutido por un televisor ha culpabilizado de apretar el gatillo a su hijo menor de edad, de unos diez años.

   Según ha explicado ante el jurado popular que lo juzga desde este lunes en la Audiencia Provincial de Granada, aquel 28 de febrero de 2012 una de las víctimas, el fallecido Joaquín J.P., que entonces tenía 34 años le pidió un dinero que él "no tenía" y los dos discutieron por la televisión que el procesado le había prestado.

   Al cabo de un rato, éste le llamó por el portero y le dijo que bajara, "que tenían que hablar" y, según ha indicado, se encontró a Joaquín y a su hermano ya en la primera planta, muy cerca de la salida. Según ha asegurado, los dos estaban armados y Joaquín le amenazó de muerte y, tras apuntarle con lo que le pareció un revólver, le disparó. Según ha indicado, cayó al suelo y la bala le pasó rozando el cuello.

   Entonces, al levantarse afirma que vio varios "fogonazos" más y a su hijo de diez años con otro arma en la mano. Se la quitó, la dejó allí y subió con el niño a su vivienda, desde la que dice que llamó a la Policía. En la escena había aparecido también el padre de los dos hermanos, que después falleció igualmente a consecuencia de los disparos.

   Israel G.R., que se enfrenta a una petición fiscal de 38 años de prisión por dos delitos de asesinato y de otro de tenencia ilícita de armas, ha sostenido además que sufre trastorno de personalidad y esquizofrenia y que toma con habitualidad tranquilizantes.

   A preguntas de la Fiscalía y la acusación particular, ha dicho que desconoce por qué el niño ya ha declarado con anterioridad que él no disparó contra sus vecinos, causando la muerte a uno de los hermanos y a su padre e hiriendo al tercero. Además, ha señalado que el hijo nunca antes había cogido una de las armas que tenía en casa, aunque ha apuntado que tan sólo unos días antes usó una de ellas para celebrar una victoria futbolística.

   La acusación particular, que representa a las dos viudas y al otro hermano herido, atribuye al procesado un delito de homicidio y otro de asesinato, por los que solicita para él un total de 35 años de prisión. La defensa, por su parte, sostiene que el inculpado no tuvo responsabilidad en lo ocurrido y que no existe ninguna prueba que así lo acredite, por lo que pide su libre absolución.

   La vista, que se ha iniciado este lunes, continúa este martes con la declaración de los testigos, entre ellos las dos viudas, el hermano herido y más familiares de las víctimas. Continuará hasta el próximo 24 de mayo, cuando el jurado deberá determinar la culpabilidad do no culpabilidad del encausado.

ACUSACIÓN DE LA FISCALÍA

   Según consta en el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, al que ha tenido acceso Europa Press, los hechos ocurrieron el pasado 28 de febrero de 2012 en los pasillos de un edificio situado en el número 1 de la plaza Rey Badis, donde se inició una discusión entre el acusado, una de las víctimas, Joaquín J.P. de 34 años, y el hermano de este último, los cuales vivían en el mismo edificio.

   El motivo era un televisor que el procesado, Israel G.R., había prestado a Joaquín J.P., y que quería que le devolviese, por lo que la discusión fue subiendo de tono hasta que el inculpado le dijo expresiones como "tú a mi no me conoces" y "te tengo que matar, os vais a tener que ir a Barcelona", tras lo que se separaron los tres vecinos.

   Poco tiempo después, sobre las 16,45 horas, el hermano de la víctima acudió a su domicilio y cuando ambos abandonaron el piso e iban bajando las escaleras, Israel G.R. salió de su casa y en el rellano volvió a dirigirse a Joaquín para decirle "vas a tener un problema conmigo, esto no va a quedar así, te tengo que matar".

   Los hermanos no hicieron caso a estas palabras, bajaron las escaleras y cuando estaban ya en el portal del bloque dispuestos a salir a la calle, el procesado les dijo que esperaran para hablar "como los hombres".

   En ese momento se dieron la vuelta y "de forma totalmente sorpresiva", Israel G.R. realizó siete disparos contra Joaquín desde el otro extremo del pasillo, a unos cuatro metros de distancia, y con "intención de acabar con su vida". Para ello, usó una pistola semiautomática de calibre 9x19 y con número de serie LAC 932, el cual había sido borrado.

   Dos de los disparos alcanzaron a Joaquín, uno en la parte superior del hombro izquierdo y el otro en la espalda, afectando a órganos vitales como el pulmón y la arteria aorta, por lo que murió en el acto.

   Al darse la vuelta, el acusado se encontró al hermano de la víctima y al padre, Joaquín J.L. de 64 años entonces, que también vivía en el mismo edificio y al que disparó por la espalda con la intención de acabar con su vida. Una bala le alcanzó en el glúteo de la pierna izquierda y le desgarró la femoral, llegando a salir por el muslo de la misma pierna.

   El hombre fue trasladado al Hospital San Cecilio, donde falleció horas después a consecuencia de las heridas producidas por el disparo.

   En el registro practicado en el domicilio del acusado se hallaron un total de 462 cartuchos metálicos de diversos calibres, 78 cartuchos semimetálicos, tres cartuchos de salva, cuatro vainas, dos cananas, seis cargadores y una pistola detonadora marca BBM.

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