La Sierra es una isla. Y, por lo tanto, no habrá desarrollo económico que valga si no hay una mejora sustancial de las comunicaciones. Nadie interrogado al respecto duda de esto. Pero igualmente todos evitarían apostar un céntimo por que la situación vaya a cambiar si se les pregunta sobre qué pasará a medio plazo. La consejera de Fomento, Marifran Carazo (PP), enfrió de golpe las expectativas en torno a la construcción de la autovía A-384, entre Arcos y Antequera, pendiente desde hace doce años y promesa electoral estrella del ahora presidente de la Junta, Juanma Moreno. El Ejecutivo andaluz solo llevará a cabo un estudio de viabilidad y no ha asegurado que se proyecte finalmente una autovía. En los Presupuestos 2020, ni siquiera tiene protagonismo propio y el enunciado sobre la vía se diluye en una partida para varios proyectos dotada con cinco millones de euros. Culminada la A-382 Jerez-Arcos a mediados de 2007, la crisis económica frenó en seco la construcción de un solo kilómetros más. El temor a que una vez más la demanda no sea satisfecha siquiera a medias toma cuerpo. Está en juego la seguridad vial y la vertebración de las provincias de Cádiz y Málaga.
Pero no es el único proyecto viario pendiente en este sentido. La conexión entre Villamartín y Manilva colea, al menos, desde 2005, aunque no ha conseguido hacerse un hueco en la misma medida en la agenda política y en los titulares de los medios en los últimos tiempos. La iniciativa parlamentaria la firmó hace catorce años Antonio Sanz (PP), viceconsejero de Presidencia de la Junta hoy, quien aseguraba que “(dicha conexión) se realiza a través de cuatro vías distintas que, en algunos tramos, no presenta buenas condiciones. Así, para realizar un trayecto de 70 kilómetros, es necesario desviarse desde Ubrique hasta Cortes de la Frontera para conectarse con Gaucín, por la C-341, y desviarse nuevamente para llegar a Manilva”. El PP solicitó en esta proposición no de ley, que fue aprobada, la ejecución de obras de mejora y conservación y la conversión de una sola vía de los tramos de carreteras actuales. La formación, ante la falta de respuesta por parte de los diversos gobiernos socialistas insistió en esta propuesta, y presentó en 2016 una alegación al Plan de Infraestructuras para la Sostenibilidad del Transporte en Andalucía (Pista) 2014-2020 para contemplar “una salida y entrada natural del turismo de la Costa del Sol y la conexión directa con el Campo de Gibraltar”. Hasta la fecha solo se han puesto parches. Hace dos años concluyó la obra, con una inversión de 4,3 millones, para “homogeneizar la geometría y ampliar la anchura” de la carretera entre Gaucín y Manilva. Ahora, la Administración autonómica ha licitado por 4,4 millones de euros obras de mejora en la vía A-373, entre Ubrique y Cortes de la Frontera, para ampliar el ancho y reparar desperfectos y baches en 28 kilómetros.
Bienvenida sea la inversión, pero no era esto lo que se demandaba, no soluciona los problemas ni es un revulsivo, se lamenta, entre otros, el alcalde de Villamartín, Juan Luis Morales, quien cita un tercer proyecto en el cajón: la continuación de la autovía entre Utrera y Ronda hasta la Costa del Sol, con paso por Puerto Serrano. El primer edil polichero, Daniel Pérez, asiente. Pero advierte de que entre lo que la Administración dice que necesita la comarca, lo que hace y lo que la comarca pide, media toda una triste realidad. Una vez más.