La ciudad de Bruselas abrirá a finales de este año una sala para el consumo de drogas que permitirá a los toxicómanos acudir a consumir en un entorno seguro, donde podrán ser atendidos por enfermeros, médicos y trabajadores sociales, según informó este jueves la prensa local.
El centro estará abierto cinco días a la semana y contará con cinco puestos de inhalación y cinco de inyección, además de ofrecer instalaciones para que los usuarios puedan asearse y comer, indicó el diario Le Soir.
El alcalde de Bruselas, Philippe Close, presentará hoy este proyecto en el Consejo de Europa, en Estrasburgo (Francia), ya que, tras varios años en estudio, se pondrá en marcha en el mes de diciembre, según el diario.
Close publicó hoy en su cuenta de Twitter que “una sociedad siempre crece no negando sus problemas, ni intentando invisibilizar a algunos de sus habitantes, sino gestionando las cosas”.
El coordinador del futuro centro, Nicolas De Troyer, en declaraciones al diario Le Soir, explicó que esta es una nueva estrategia que se está desarrollando para dirigirse “a los usuarios para los que otras instalaciones no funcionan", aportando un enfoque “sin prejuicios y de reducción de riesgos”.
Para acceder a la sala se requerirá ser mayor de edad y tener un problema de adicción a las drogas, por lo que en la primera visita se programará una entrevista de acogida con un trabajador social.
Las enfermeras supervisarán a los usuarios por si se provocan alguna herida o infección al inyectarse, y el personal médico comprobará su salud antes y después de la ingesta, para intervenir lo antes posible ante los riesgos de sobredosis, estado de sedación, parada respiratoria o cardíaca.
Este proyecto supone un coste de 1,7 millones de euros, que han sido cofinanciados por el Ayuntamiento de la capital belga, la Comisión de la Comunidad y la Región de Bruselas.
El alcalde señaló a Le Soir que “cada vez hay más escenas de drogas en los barrios”, por lo que la idea de esta iniciativa “es alejar a los drogadictos de la opinión pública, sin hacerlos invisibles, y tratar de incluirlos en un proceso de atención, sin juicio moral”.
Además, los trabajadores sociales estarán a disposición de los usuarios por si necesitan realizar algún trámite administrativo y se valorará si se les puede ofrecer algún tipo de tratamiento o atención en un centro de día o en un ambulatorio.
Close subrayó que con esta sala “no se están promoviendo las drogas”, sino que se busca ofrecer un servicio de atención a las personas toxicómanas, y aseguró que “proteger a los drogadictos significa también proteger al vecindario”.
Esta será la segunda sala de consumo de drogas del país, porque la ciudad de Lieja ya cuenta con una infraestructura que permite a los toxicómanos consumir estupefacientes en un entorno seguro.
El proyecto de la ciudad de Bruselas es crear un segundo centro regional para 2025 en el que se incluirán varias instalaciones, entre ellas una sala de consumo de drogas, un albergue nocturno, un centro de día y un centro de acogida.
