La junta militar de Birmania (Myanmar) liberó a una niña de 5 años detenida durante dos semanas junto a su madre y hermana, quienes siguen todavía en prisión, a raíz de las protestas contra los militares, informan este jueves medios locales.
La niña, que se encuentra "traumatizada", según declara su padre, fue puesta en libertad la tarde del miércoles en la ciudad de Mandalay, la segunda más poblada del país, recoge el portal de noticias Myanmar Now.
Las autoridades procedieron al arresto cuando trataban de localizar al padre, sobre quien pende una orden de captura por su participación en las protestas contra el sublevamiento militar del 1 de febrero.
Su Htet Wine, como se llama la menor, cumplió este lunes cinco años mientras se encontraba en el penitenciario junto a su madre, de 44, y su hermana, de 17, apunta el medio.
Conocidos de la familia fueron a buscar ayer a la menor a una comisaría de Mandalay y más tarde hicieron que se reuniera con su padre, quien todavía permanece escondido de los militares junto a otras dos hijas, de 15 y 24 años.
"No pudo comer bien y me dijo que tenía que ducharse con agua del váter mientras estaba detenida", asegura a Myanmar Now el padre, quien no ha recibido noticias sobre el estado de su otra hija y su mujer.
La liberación de la menor el miércoles coincidió con la de otras 2.995 personas a lo largo del país arrestadas por actividades relacionadas a la oposición contra la junta militar.
La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) contabiliza, hasta este miércoles, la detención de 6.421 personas por las fuerzas de seguridad desde la asonada, de las cuales 5.554 todavía permanecían en prisión, y han emitido órdenes de captura contra 1.988 sospechosos.
A raíz de la brutal represión desatada contra la oposición por las fuerzas de seguridad, quienes dispararon a matar contra los manifestantes pacíficos, al menos 883 personas han perdido la vida, apunta AAPP.
Este jueves se cumplen cinco meses del golpe de Estado militar, pero el Ejército no ha logrado controlar del todo el país en este tiempo y las protestas continúan en varias regiones.
Algunos de los manifestantes han decidido tomar las armas contra los militares, cansados de los pocos avances de las protestas pacíficas; mientras se han abierto o recrudecido a lo largo del país los enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas y grupos rebeldes.
El Ejército birmano justifica el golpe por un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido liderado por la nobel de la paz Aung San Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, y que fueron considerados legítimos por los observadores internacionales.