Las autoridades de los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria, en el sureste del país, alertaron que la presente jornada estará marcada por severas tormentas
Las fuertes lluvias que cayeron este lunes proporcionaron un leve alivio en algunas de las zonas devastadas por los incendios forestales en Australia, en una jornada en la que el granizo causó severos daños en Camberra.
Las autoridades de los estados de Nueva Gales del Sur y Victoria, en el sureste del país, alertaron que la presente jornada estará marcada por severas tormentas eléctricas, granizos, potenciales riadas y vientos.
Las fuertes lluvias cayeron en la región de East Gippsland, una de las zonas más golpeadas por los fuegos en Victoria, mientras que la tormenta también llegó a la costa meridional y la cordillera Snowy Mountains, que han sido devastadas por las llamas, especialmente desde la Nochevieja.
En Camberra la caída de granizos del tamaño de pelotas de tenis causó daños en vehículos y árboles; mientras que en el oeste de Sídney las esferas eran más pequeñas, del tamaño de pelotas de golf.
Asimismo en las Montañas Azules, a unos cien kilómetros al oeste de Sídney, dos personas fueron hospitalizadas tras ser alcanzadas por rayos, aunque éstas se encuentran en condición estable.
En el estado nororiental de Queensland, fuertes vientos y tormentas han causado inundaciones en varias zonas aledañas a la ciudad de Brisbane, especialmente en la turística zona de Gold Coast.
El fin de semana, la caída de las lluvias torrenciales obligaron a los trabajadores del Parque de Reptiles, a unos 70 kilómetros al norte de Sídney, a resguardar a sus koalas dado que los niveles de las aguas en donde están los reptiles casi rebasaban las vallas de control, de acuerdo a imágenes divulgadas en Twitter.
El domingo además se produjeron tormentas de arena entre las ciudades del interior de Dubbo y Broken Hill, a unos 300 y 930 kilómetros al noroeste de Sídney.
La caída de las lluvias ha dado cierto alivio a los bomberos que intentan mitigar los incendios que arden desde septiembre pasado y han calcinado más de 80.000 kilómetros cuadrados de terreno y matado a unas 29 personas, así como a los agricultores del interior que sufren una de las peores sequías que afecta al país.
Pero las condiciones son temporales dado que el miércoles y jueves se espera un incremento de las temperaturas, por lo que se ha activado para esos días la alerta de peligro de incendios, antes de que vuelva a llover el viernes.
La temporada de incendios en Australia aún está en pleno auge dado que el verano austral culmina en marzo y las temperaturas seguirán siendo elevadas y especialmente en el estado de Victoria en el que febrero suele ser el período más caluroso, mes en el que hace casi 11 años se produjo el peor incendio de la historia del país, que mató a 173 personas.