"Fui enjuiciado políticamente anoche sin un solo voto republicano con la continuación de los demócratas que no hacen nada en la mayor Caza de Brujas"
La crispación política en EE.UU. tras la aprobación de los cargos políticos en la Cámara de Representantes contra el presidente Donald Trump se recrudeció este jueves con acusaciones mutuas entre los líderes republicanos y demócratas en el Congreso, y los insistentes ataques al proceso por parte del mandatario.
"Fui enjuiciado políticamente anoche sin un solo voto republicano con la continuación de los demócratas que no hacen nada en la mayor Caza de Brujas de la Historia de EE.UU.", tuiteó Trump a primera hora.
La división en el Congreso, con los demócratas con mayoría en la Cámara de Representantes y los republicanos en el Senado, quedó patente de nuevo con el cruce de ataques verbales el día después de la histórica votación, que dio luz verde a un juicio político contra Trump en la Cámara Alta.
"Seamos claros: el voto de ayer de la Cámara (Baja) no fue un juicio neutral. Fue el final predeterminado de una cruzada partidista", remarcó el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, en una intervención.
McConnell lamentó que la "ira partidista" de los demócratas haya creado "un nuevo precedente tóxico que tendrá eco en el futuro".
Como consecuencia y por tercera vez en su historia, EE.UU. vivirá un juicio político a un presidente después de que la Cámara Baja aprobara el miércoles los cargos de abuso de poder y obstrucción al Congreso contra el mandatario por presiones a Ucrania para que investigara a su rival político, el exvicepresidente Joe Biden.
El procedimiento marca ahora que la demócrata Nancy Pelosi, como presidenta de la Cámara de Representantes, debe entregar los cargos contra Trump al Senado para que se inicie el juicio político que lleve a su absolución o condena y posterior destitución.
El último giro de guion, sin embargo, amenaza con postergar los tiempos para el inicio del proceso.
Pelosi ha declarado que no tiene claro cuándo dará ese paso alegando que los republicanos que controlan el Senado no han ofrecido garantías de un juicio político justo para la oposición.
"Por el momento no hemos visto nada que nos parezca justo. Así que esperemos a que sea justo. Y cuando veamos que lo es, enviaremos a nuestros representantes", dijo la líder demócrata sobre los republicanos en el Senado en una rueda de prensa.
Los progresistas han pedido que durante el juicio político en la Cámara Alta comparezcan testigos adicionales a los que ya testificaron durante la investigación de los demócratas para abrir este proceso; algo a lo que se han opuesto los conservadores.
"Me recordó que nuestros padres fundadores, cuando escribieron la Constitución, sospecharon que podría haber un presidente corrupto. Pero no creo que sospechasen que podríamos tener un presidente corrupto y un líder en el Senado corrupto al mismo tiempo", subrayó Pelosi ante los periodistas hoy.
Al retener la entrega de los cargos políticos al Senado, los demócratas añaden incertidumbre al calendario e intentan presionar a McConnell, que será quien diseñe el formato del juicio, para que acepte sus condiciones.
Este replicó hoy que la decisión de Pelosi responde a que la oposición tiene "demasiado miedo" de presentar su "chapucero trabajo" a la Cámara Alta.
En el Senado, los republicanos mantienen el control por un ligero margen, de 53 frente a 47, a lo que se suma que el proceso de destitución de un presidente exige, además, una mayoría de dos tercios para ser consumado, por lo que parece probable que Trump salga airoso del "impeachment".
Durante el proceso, la Cámara Alta estará dirigida por el presidente del Tribunal Supremo, en este caso el magistrado John Roberts, y los senadores actuarán de jurado, mientras que un grupo de legisladores elegidos en la Cámara Baja harán de "fiscales" o de los llamados "encargados de la acusación".
Una vez que el "impeachment" arranque transcurrirá de manera similar a un juicio tradicional: los fiscales comenzarán con una declaración inicial, seguida de la de los abogados del presidente.
A lo largo del proceso, los senadores escucharán los argumentos, al igual que hace un jurado ordinario.
Después de que cada parte exponga sus argumentos finales, comenzarán las deliberaciones en una sesión a puerta cerrada y cuando acaben, el Senado votará en público y por separado cada cargo político.