La Asamblea General de la ONU censuró hoy la represión israelí de las recientes protestas en Gaza y pidió que se estudien mecanismos para dar protección internacional a los civiles palestinos.
La Asamblea, donde se sientan los 193 Estados miembros de la organización, aprobó con 120 votos a favor, 8 en contra y 45 abstenciones una resolución impulsada por los países árabes y a la que se oponían rotundamente Estados Unidos e Israel.
El texto llegó a este órgano después de que Washington vetase uno similar en el Consejo de Seguridad, cuyas resoluciones tienen mucho más peso que las de la Asamblea General, que no son vinculantes.
El documento aprobado hoy "deplora el uso excesivo, desproporcionado e indiscriminado de la fuerza por las fuerzas israelíes contra los civiles palestinos", en particular el uso de "munición real contra manifestantes civiles, incluidos niños, así como personal médico y periodistas".
Desde que el pasado 30 de marzo comenzaron las protestas de la llamada Gran Marcha del Retorno, más de un centenar de palestinos han muerto a manos de las fuerzas israelíes.
La resolución, además, solicita al secretario general de la ONU, António Guterres, que presente en un plazo de dos meses propuestas para garantizar la seguridad de los civiles palestinos que viven bajo la ocupación israelí y, en concreto, sobre la posibilidad de crear "un mecanismo de protección internacional".
A priori, cualquier medida de entidad en ese sentido debería recibir un mandato del Consejo de Seguridad, por lo que Estados Unidos tendría opción de bloquearla.
La embajadora estadounidense, Nikki Haley, criticó hoy con mucha dureza la resolución, por considerar que culpa de todo a Israel mientras protege a los "terroristas de Hamás".
"No es de extrañar que nadie se tome a la ONU en serio como una fuerza para la paz en Oriente Medio", dijo en un comunicado.
Como último recurso, la delegación estadounidense planteó antes de la votación una enmienda a la iniciativa árabe con el fin de incluir en el texto una denuncia de las acciones de Hamás, a quien Estados Unidos culpa de la reciente violencia.
El párrafo condenaba a "Hamás por lanzar repetidamente cohetes hacia Israel y por incitar a la violencia a lo largo de la valla fronteriza (de Gaza), poniendo a los civiles en riesgo".
Pese a obtener un respaldo mayor del esperado, con más votos a favor que en contra, la enmienda no salió adelante al no alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria.
Esa regla, sin embargo, no parecía clara para todos los países y dio pie a escenas de confusión en la Asamblea, con las delegaciones israelí y estadounidense sonriendo ante lo que creían que era una victoria.
Haley, de hecho, pidió revocar la opinión del presidente de la cámara, que apoyándose en el reglamento dictaminó que la enmienda necesitaba dos tercios de los votos.
Finalmente la cuestión se sometió a otro voto, que por un estrecho margen dio la razón al presidente, Miroslav Lajcak.
La embajadora estadounidense, pese a todo, destacó que los 62 votos a favor de su enmienda para condenar a Hamás muestran que las cosas están cambiando en la Asamblea General, donde tradicionalmente las posturas más próximas a Israel se han encontrado con una apabullante mayoría en contra.
Numerosas naciones, por ejemplo muchas europeas, apoyaron la enmienda de Estados Unidos, pero mantuvieron su voto a favor de la resolución (caso de España o Francia) o se abstuvieron cuando fue derrotada (como el Reino Unido y Alemania).
Además de Israel y Estados Unidos, los únicos que dijeron "no" al texto árabe fueron Australia, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Islas Salomón y Togo.
El embajador israelí, Danny Danon, aseguró que la resolución supone "un sello de aprobación para el terrorismo" y un respaldo a Hamás.