El atentado con un camión bomba que hoy golpeó en hora punta la entrada a la zona de alta seguridad de Kabul se ha convertido en el más sangriento de los últimos 15 años, al causar 90 muertos y 463 heridos.
El objetivo no está aún claro, pero fue cerca de la Embajada de AlemaniaUn camión cargado de explosivos explotó a primera hora de la mañana de hoy a escasos metros de la zona de seguridad donde se encuentran la Presidencia y buena parte de las embajadas en Kabul, cuando cientos de personas se dirigían a sus puestos de trabajo.
El resultado fue el ataque más sangriento registrado por la misión de la ONU en Afganistán (Unama) desde la invasión estadounidense en 2001 superando al que en julio pasado causó 85 muertos y 413 heridos durante una manifestación de la minoría hazara en la capital afgana.
El presidente afgano, Ashraf Gani, convocó tras el ataque una reunión de emergencia para analizar la información recabada hasta el momento, al tiempo que ordenó el inicio de una investigación exhaustiva al respecto.
De acuerdo con un comunicado del Palacio Presidencial, el dirigente ha pedido también al Ministerio de Desarrollo Urbano y a la Alcaldía de la capital que reconstruyan las áreas "destruidas" en la acción, que ha dejado un agujero de varios metros en una de sus principales avenidas y grandes daños materiales.
Más grandes han sido las pérdidas humanas, que el Centro Gubernamental de Información y Prensa afgano situó en 90 en su último balance oficial.
Los heridos, por su parte, se sitúan en 463, según confirmó en rueda de prensa en Kabul el viceministro de Interior para Asuntos de Seguridad, general Murad Ali Murad.
Según el alto mando, el objetivo de los insurgentes no era el área en que ocurrió la explosión, donde hay varias embajadas y edificios gubernamentales, sino una ubicación "desconocida" a la que se dirigían cuando fueron "parados" por las fuerzas de seguridad.
La misión de la OTAN en Afganistán, Apoyo Decidido, indicó en un comunicado que las tropas afganas detuvieron a los atacantes antes de que accediesen a la zona de alta seguridad.
"Su objetivo se encontraba en otro sitio y eso podría haber sido peor que este incidente", cuya ejecución se pudo oír en buena parte de la ciudad, advirtió Murad.
Aunque ningún grupo ha reivindicado todavía la autoría del ataque, la principal agencia de inteligencia afgana, el Directorio Nacional de Seguridad (NDS), responsabilizó a la red Haqqani, ligada a los talibanes.
"El ataque bárbaro de Kabul fue planeado por la Red Haqqani en Pakistán" y contó con la "dirección y cooperación directa de la Agencia de Espionaje de Pakistán ISI", denunció el organismo de inteligencia afgano en un comunicado, que ha responsabilizado en múltiples ocasiones a Haqqani de los atentados en el país.
El Gobierno afgano ha acusado en varias ocasiones a Pakistán de estar detrás de una "guerra no declarada" contra Afganistán y de dar cobijo a los terroristas de la red Haqqani.
A pesar de su vinculación con la red Haqqani, los talibanes negaron estar detrás del ataque y argumentaron que sus filas no están autorizadas a llevar a cabo acciones como esta "sin ningún objetivo".
La formación liderada por el mulá Haibatullah tiende a desvincularse de las acciones con un gran número de víctimas civiles.
El ataque se produce en los primeros días de Ramadán, algo que ha condenado en "términos firmes" el presidente afgano, que había pedido la semana pasada que los grupos armados respetaran el mes sagrado musulmán.
"Incluso en este mes de Ramadán, que es un mes de oración, virtud y bendiciones, los terroristas no tienen intención de parar de matar gente inocente", dijo el dirigente en un comunicado.
Los dos últimos ataques de envergadura con bomba en Kabul, el último de ellos a principios de mes, fueron reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
En medio de un repunte general de la violencia, el conflicto que vive Afganistán se cobró la vida de 3.500 civiles el año pasado, de acuerdo con Naciones Unidas.