Más de un centenar de personas han perdido la vida en los combates que continúan hoy en la ciudad de Marawi, en el sur de Filipinas, entre el Ejército y los yihadistas del Grupo Maute, afín al Estado Islámico (EI), informó el Gobierno filipino.
Al menos cuatro rebeldes y dos soldados resultaron muertos el lunes, precisó el portavoz gubernamental, Ernesto Abella, en rueda de prensa.
El recuento de muertos desde que hace una semana se iniciaran los enfrentamientos entre las tropas y los yihadistas alcanza los 104 decesos; 19 civiles, 65 yihadistas y 17 militares y 3 policías, según el cómputo oficial.
Los choques comenzaron el día 23 al fracasar una operación del Ejército filipino para capturar a Isnilon Hapilon, líder del grupo yihadista Abu Sayyaf, también vinculado al EI, y quien permanecía guarecido por miembros del Grupo Maute, en Marawi, en el norte de la isla sureña de Mindanao.
Desde entonces yihadistas y tropas han combatido a lo largo de la ciudad.
El Ejército, con el apoyo de ataques aéreos, trata de liquidar un grupo de aproximadamente 40 o 50 rebeldes, aunque el número podría ser mayor, que resiste en ciertas áreas de la población.
La mayoría de los 200.000 habitantes de la ciudad han huido a localidades cercanas en los últimos días y más de 40.000 han sido evacuados por los soldados y llevados a campamentos provisionales en los alrededores de Marawi, aunque al parecer unas 2.000 personas se encuentran atrapadas entre el fuego cruzado.
Los soldados actúan al amparo de la ley marcial, declarada por el presidente Rodrigo Duterte en toda la región de Mindanao el mismo martes, al poco de desatarse el conflicto.