El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, pidió hoy al G7 que ofrezca una respuesta común ante la crisis de los refugiados, y en particular propuso incrementar las ayudas a los desplazados y poner en marcha esquemas de acogida en otros países.
"El G7 debe mostrar su liderazgo en todas las dimensiones de la crisis de los refugiados, ya que si no lo hace, nadie más lo hará", afirmó el líder comunitario en una comparecencia ante los medios previa al arranque oficial de la cumbre que se celebra hoy y mañana en el parque natural de Ise-Shima (centro de Japón).
"Por motivos geográficos, la mayor responsabilidad ante la crisis de los refugiados recae en Europa", dijo Tusk, quien añadió que la "comunidad internacional" también debe "ofrecer solidaridad y mostrar su apoyo".
En este sentido, destacó la importancia de "incrementar la asistencia internacional" para cubrir las necesidades básicas de los desplazados por el conflicto en Siria que buscan refugio en países próximos como Turquía, el Líbano y Jordania.
Asimismo, pidió al G7 que apoye la creación de "esquemas de acogida de refugiados y otras formas de migración legales en todo el mundo", para lo cual se ofreció a "compartir las experiencias europeas".
Aunque Tusk afirmó que "llamará a los líderes del G7 a afrontar este desafío", no se espera que de la cumbre de Ise-Shima salgan acciones concretas en este sentido, aparte de una declaración en la que se destacará la gravedad de la crisis de los refugiados y la necesidad de tomar medidas.
La presidencia nipona de turno del G7 ha aprovechado la cumbre para anunciar que ofrecerá 6.000 millones de dólares (5.300 millones de euros) en ayudas para países de Oriente Medio entre 2016 y 2018, que irían a parar a áreas como la educación, el empleo, el desarrollo industrial y a prevenir el desarrollo del extremismo.