Un ciudadano jordano fue decapitado hoy en Arabia Saudí después de que fuera condenado por contrabando de anfetaminas, informó el Ministerio saudí de Interior en un comunicado difundido por la agencia oficial de noticias, SPA.
Mohamed Farhat Abu Zaid fue detenido cuando intentaba entrar al país con anfetaminas en su coche, agregó la agencia.
La decapitación se llevó a cabo en la región de Tobuk, en el noroeste del país.
El fallo contra Farhat Abu Zaid fue dictado por un tribunal saudí, confirmado por las cortes de Apelación y Casación, y aplicado tras una orden del rey, Salman bin Abdelaziz.
No es la primera vez que un ciudadano jordano es ejecutado en Arabia Saudí por contrabando de anfetaminas, la última de ellas, el pasado marzo.
En el reino saudí se cumple estrictamente la ley islámica o "sharía", que castiga con la pena capital a los culpables de asesinato, contrabando de drogas, hechicería y otros delitos.
Las organizaciones de derechos humanos han denunciado que desde la llegada de Salman bin Abdelaziz al trono hace poco más de un año se ha disparado la aplicación de la pena capital, que pasó de 87 casos en 2014 a 153 en 2015
Solo el pasado 2 de enero, las autoridades ejecutaron a 47 personas, entre ellas el clérigo chií opositor Nimr Baqir al Nimr, lo que desató una grave crisis diplomática con Irán y duras críticas internacionales.
El pasado 6 de abril, la organización Amnistía Internacional (AI) denunció en su informe anual que las ejecuciones por pena de muerte alcanzaron en 2015 la cifra más alta que se registra en más de 25 años.
Según AI, el aumento global de esta cifra se debió a tres países, Arabia Saudí, Irán y Pakistán, que fueron responsables del 89 por ciento de todas las ejecuciones que se llevaron a cabo en el mundo en 2015, sin incluir a China, que guarda estas informaciones como secreto de Estado.