Corea del Norte divulgó hoy que el VII Congreso del Partido de los Trabajadores comenzará el próximo 6 de mayo, lo que pone fin a la incertidumbre sobre la fecha de este importante evento que se celebra por primera vez en 36 años.
"El Buró Político del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea (PTC) ha decidido abrir el VII Congreso en Pyongyang el 6 de mayo de 2016", informó la agencia estatal KCNA en un comunicado.
Corea del Norte no especificó cuántos días durará el congreso pero fuentes de Pyongyang señalaron a Efe que podría prolongarse entre tres y cuatro jornadas.
La agencia estatal norcoreana afirmó que todo está listo para la celebración del evento tras ser elegidos los delegados y observadores en las conferencias provinciales del partido.
En la última edición del congreso, celebrada en octubre de 1980, tomaron parte unos 3.000 delegados del Partido de los Trabajadores.
Se desconoce si participarán delegaciones extranjeras, y en caso de hacerlo se prevé que sean reducidas debido a la confrontación que Corea del Norte mantiene con la comunidad internacional desde sus pruebas nuclear y de misiles a principios de año que le reportaron duras sanciones de la ONU.
En el caso de China -principal aliado de Corea del Norte a pesar del reciente distanciamiento mutuo- podría no enviar representantes ya que su Gobierno no ha recibido invitación alguna al congreso, según indicó una fuente diplomática de Pekín a la agencia surcoreana Yonhap.
Según las normas, el congreso servirá para establecer las principales líneas del PTC y debatir sus asuntos y proyectos, entre ellos la selección del primer secretario del partido, título que ostenta y previsiblemente revalidará el "líder supremo" Kim Jong-un.
El dictador de 33 años será el protagonista principal y los medios estatales han reforzado de cara al evento el culto a la personalidad de la dinastía Kim iniciada en 1948 por Kim Il-sung, fundador del país y abuelo del actual líder.
En el congreso podrían anunciarse importantes decisiones que marquen el futuro de las políticas -especialmente en materia económica- del país y expertos han sugerido que Kim Jong-un podría imponer un reemplazo generacional en las élites del país.
El líder también podría aprovechar la ocasión para "reafirmar su política conocida como byeongjin", consistente en impulsar a la vez el progreso económico y el desarrollo del programa de armas nucleares y misiles del país, según declaró a Efe Chang Yong-seok, investigador del Instituto de Estudios para la Paz y la Unificación de la Universidad Nacional de Seúl.
Otros expertos han planteado la hipótesis de que el congreso sea un punto de inflexión y que el régimen norcoreano, agobiado por las sanciones, pase del actual ciclo de confrontación a uno de búsqueda de diálogo con sus "enemigos", EEUU y Corea del Sur.
En el anterior congreso celebrado en octubre de 1980 el entonces presidente de Corea del Norte, Kim Il-sung, designó como sucesor del poder a su hijo Kim Jong-il, fallecido en 2011 y padre del actual dictador.
