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Los dos acusados del atentado con bomba en Bangkok se declaran inocentes

Los sospechosos son Mohamad Bilal y Yusufu Mieraili, identificados como uigures, la minoría musulmana de la región china de Xinjiang, e imputados en noviembre con 10 cargos, incluidos los de conspiración, asesinato premeditado y posesión de explosivos

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  • Acusados. -

Los dos acusados por el atentado con bomba de agosto en Bangkok comparecieron hoy ante un tribunal militar, donde negaron cualquier implicación en el acto terrorista -que causó 20 muertos y más de cien heridos-, mientras sus representantes legales denunciaban que han sufrido torturas.

Los sospechosos son Mohamad Bilal y Yusufu Mieraili, identificados como uigures, la minoría musulmana de la región china de Xinjiang, e imputados en noviembre con 10 cargos, incluidos los de conspiración, asesinato premeditado y posesión de explosivos.

"No soy culpable y he pasado seis meses en prisión", dijo Mieraili en el tribunal a través de un traductor de uighur, según recoge el portal Khaosod.

La policía cree que Bilal es el hombre con camisa amarilla que fue registrado por cámaras de seguridad mientras dejaba una mochila en un céntrico templo de la ciudad instantes antes de la explosión y que Mieraili habría sido el que habría detonado la bomba.

Durante la investigación Bilal y Mieraili admitieron su participación en el atentado del 17 de agosto y participaron en una reconstrucción de los hechos, pero antes de la vista de hoy denunciaron que sus confesiones fueron obtenidas bajo tortura.

"Me forzaron a firmar documentos que no podía comprender. Cuando me resistí, me amenazaron y torturaron", dijo Bilal según una declaración facilitada a la prensa por su abogado, Schoochart Kanpai.

En la carta, Bilal aseguró que durante el interrogatorio recibió puñetazos en el abdomen de su intérprete en inglés, le vertieron agua fría por la nariz y le amenazaron con matarle en varias ocasiones.

"Estaba aterrado y por eso acepté participar en la reconstrucción esa misma tarde pese a que no quería hacerlo y a que aun me dolía todo", añadió.

La policía atribuyó el atentado una represalia de grupos de crimen organizado por una supuesta campaña policial contra el tráfico de personas.

La investigación, llena de irregularidades y declaraciones contradictorias por parte de la policía y la junta militar, alimentó varias especulaciones sobre los motivos detrás de la acción que aun no ha sido reivindicada.

Una de las teorías vinculó la acción a la deportación unas semanas antes a China de un centenar de uigures que esperaban viajar a Turquía en busca de asilo, hipótesis alimentada por el hecho de que el templo es muy popular entre turistas chinos.

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