El primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha defendido este lunes la actuación de su Gobierno ante el desastre en una mina de la localidad de Soma (oeste), en el que fallecieron al menos 301 mineros, según el último balance.
Hasta la fecha, la mayor catástrofe de estas características se registró en 1992, cuando 263 mineros fallecieron a causa de una explosión en el interior de una mina. Más de 3.000 personas han muerto y más de 100.000 han resultado heridas en el país en incidentes de este tipo desde 1941, según los datos oficiales.
El desastre ha desencadenado protestas en todo el país por la falta de seguridad en las minas turcas y ha puesto sobre la mesa la falta de cámaras de refugio en los pozos. Asimismo, algunos opositores han criticado los lazos entre el propietario de la empresa que controlaba la mina, Alp Gurkan, y el gubernamental Partido Justicia y Desarrollo (AKP).
"¿Qué han dicho desde el principio? Que el jefe (de la mina) es del AKP. Le vi por primera vez ese día (en referencia al día del suceso)", ha sostenido Erdogan, según ha informado el diario turco 'Hurriyet'.
"Los que afirman que existe una relación entre nosotros son difamadores. Mi país conocer a los difamadores que hay en la nación", ha dicho, antes de rechazar que el Gobierno haya repartido beneficios entre los propietarios de la mina por ser afiliados.
Asimismo, ha asegurado que el AKP tratará en su reunión semanal de este martes el desastre y compartirá con el resto del país "los esfuerzos que se han llevado a cabo para sanar las heridas (de los familiares de las víctimas)".
Por otra parte, este mismo lunes ha sido arrestado el director general de la empresa Soma Coal Mining Company, Ramazan Dogru, como parte de las investigaciones en torno al desastre, elevando a once el número de arrestados en el marco del caso.
La investigación de la fiscalía incluye un informe que sostiene que la cantidad de monóxido de carbono se elevó por encima de los niveles de seguridad recomendados antes del accidente, pese a lo cual continuaron las operaciones de extracción.
En este sentido, el fiscal Bekir Sahiner ha agregado que la causa del incendio no fue una explosión en una unidad de distribución eléctrica, como se anunció en un principio, sino un derrumbe de carbón.