Las autoridades sudafricanas han enviado este viernes un amplio despliegue policial, con agentes fuertemente armados, a las inmediaciones de la mina de platino de Marikana, situada en el centro del país y en la que la víspera murieron unos 30 mineros por disparos de las fuerzas de seguridad.
Tras más de doce horas de silencio oficial, el ministro de la Policía, Nathi Mthethwa, ha confirmado que al menos 30 personas murieron el jueves como consecuencia de los disparos de los agentes destacados en las inmediaciones de la mina, situada a unos 100 kilómetros al noroeste de Johanesburgo.
Los altercados se registraron el jueves cuando los agentes de la Policía decidieron abrir fuegos contra los más de 3.000 trabajadores de la mina que se manifestaban en la zona, algunos de ellos armados con machetes y palos, y que ignoraron las órdenes de disolver la protesta.
Mthethwa ha reconocido que el balance oficial de víctimas por la represión policial podría ascender en las próximas horas. "Muchas personas han resultados heridas y el número continúa ascendiendo", ha afirmado, en declaraciones a la emisora radiofónica Talk Radio 702.
El ministro ha defendido la actuación policial y ha recordado que los agentes fueron atacados por los mineros, que forman parte de la Asociación Sindical de Mineros y Trabajadores de la Construcción (AMCU), una organización sindical que intenta acabar con el dominio del Sindicato Nacional de Mineros, aliado del partido gubernamental Congreso Nacional Africano (ANC).
"Desde la multitud, varias personas abrieron fuego contra la Policía y la Policía respondió", ha asegurado el ministro de la Policía. Tras conocer lo sucedido, el presidente sudafricano, Jacob Zuma, ha asegurado sentirse "consternado" por las muertes de mineros.
Tras los incidentes del jueves, la Policía ha reforzado el dispositivo desplegado en las inmediaciones de la mina, con agentes fuertemente armados, vehículos blindados y helicópteros, con el objetivo de evitar nuevos brotes de violencia en la mina, la principal explotación de platino de la compañía Lonmin.
"No ha habido problemas durante la noche. El problema está en la colina donde se registró el tiroteo. No estoy segura de lo que sucederá hoy", ha explicado Patience, una mujer que vive cerca del lugar donde se registraron los enfrentamientos entre mineros y policías.