Hasta el momento ETA había decretado a lo largo de su historia cuatro treguas totales y cuatro parciales desde su nacimiento en 1959. Desde su última declaración de alto al fuego, en una tregua que duraría 437 días después, a la declaración de “abandono de acciones armadas ofensivas” realizada ayer, la banda terrorista ha asesinado a 12 personas. En medio siglo de historia, ETA ha matado a un total de 858 personas y ha secuestrado a otras 84.
La última vez que la banda anunció un parón en su actividad criminal fue el 22 de marzo de 2006, cuando anunció un alto el fuego “permanente”, que entró en vigor 48 horas después. Fueron los terroristas los que anunciaron el final de la tregua el 5 de junio de 2007. De este modo, se puso fin a un periodo de más de 14 meses en los que la banda no cesó en ninguna de sus actividades terroristas.
ETA activó la kale borroka para influir en el proceso, no cesaron las cartas de extorsión a empresarios vascos y navarros –exceptuando un pequeño parón veraniego–, perpetró un espectacular robo de 350 pistolas en el sur de Francia y el 30 de diciembre de 2006 llegó a matar a dos personas en un espectacular atentado en el aeropuerto de Madrid-Barajas.
Esta declaración de alto el fuego estuvo precedida por la Declaración de Anoeta, en la que 15 meses antes, Batasuna hizo públicas las bases del denominado proceso de paz.
Tras el anuncio de ETA, el Gobierno dijo que verificaría la desaparición de la violencia antes de iniciar el diálogo y así se conocieron hasta tres informes que supuestamente certificaban el cese de actividades de la banda.
La última víctima mortal de ETA fue el jefe de brigada de la policía francesa fallecido en un tiroteo en Dammarie-les-Lys, en el sureste de París.
Es el primer miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad franceses que ha muerto a manos de ETA, y el número doce de los fallecidos tras la última tregua.
El asesinato del agente galo fue fruto de un encontronazo de los terroristas con la policía francesa, en una operación de abastecimiento en la que un comando salía de robar coches de un concesionario. La banda explicó la acción como un accidente, no como un atentado premeditado. Esta muerte se produjo ocho meses después de que, el 30 de julio de 2009, los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada García y Diego Salva Lezaún, fallecieran frente a un cuartel de la Guardia Civil en Palmanova (Mallorca) por una bomba-lapa que ETA colocó en su coche patrulla.
De la misma manera murió en junio de 2009, el inspector de Policía Nacional Eduardo Antonio Puelles García, en el primer atentado desde que el socialista Patxi López llegó a la Lehendakaritza.
El empresario Ignacio Uría Mendizabal, de 71 años de edad, fue la anterior víctima. Dueño de una de las constructoras de la Y vasca, Uría fue tiroteado el 3 de diciembre de 2008 en Azpeitia cuando se dirigía al restaurante donde solía acudir.
El brigada del Ejército de Tierra Luis Conde de la Cruz murió el 22 de septiembre de 2008 en la explosión de un coche-bomba en las inmediaciones del Patronato Militar de Santoña (Cantabria).
El coche, robado y preparado por los pistoleros en Francia y con unos 100 kilos de explosivos, causó varios heridos. El guardia civil Juan Manuel Piñuel Villalón, de 41 años, también fue asesinado en la explosión de un coche bomba el 14 de mayo de 2008.
Dos días antes de las elecciones generales, el 7 de marzo de 2008, el ex concejal del PSE-EE en el término guipuzcoano de Arrasate fue tiroteado en portal de su casa en presencia de su esposa y de una de sus hijas.
Al finalizar el año 2007, los agentes de la Guardia Civil Fernando Trapero y Raúl Centeno fueron tiroteados en la localidad francesa de Capbreton. El 1 de diciembre de aquel año, tres etarras les acribillaron a balazos causando la muerte en el acto de Centeno, mientras que Trapero falleció en el hospital cinco días después.
La anterior tregua anunciada por ETA el 16 de septiembre de 1998, que se hizo efectiva dos días después y que se prolongó hasta el 3 de diciembre de 1999, fue el alto el fuego más largo de los decretados por la banda armada a lo largo de su historia.
Cuatro días antes de la declaración del cese de atentados, el 12 de septiembre de 1998, las fuerzas nacionalistas PNV, HB y EA firmaron la Declaración de Lizarra, a la que después se le sumaría IU (ahora EB), junto a otras organizaciones políticas, sociales y sindicales.
En este contexto, ETA afirmó que, ante “las oportunidades” que se abrían para Euskal Herria y el deseo de “encaminarse hacia la soberanía”, suspendía de forma “ilimitada sus acciones armadas, limitándose únicamente sus funciones a las tareas habituales de suministro, mantenimiento de estructuras y a su derecho de defensa en hipotéticos enfrentamientos”.
Tras 439 días sin violencia, la banda anunció que el proceso hacia la soberanía y la constitución de unas instituciones para Euskal Herria había sufrido “un claro bloqueo” y se estaba “pudriendo” –de lo que responsabilizó a PNV y EA–, por lo que declaró que “reactivaba la lucha armada”.
La organización terrorista también ha decretado varias treguas parciales. El 20 de noviembre de 1997 declaró un alto el fuego en El frente de las cárceles, en referencia a los funcionarios de prisiones.
Aunque no se conoció públicamente que había habido una suspensión de las acciones terroristas contra la Ertzaintza hasta que ETA anunció su fin, la banda armada informó en un comunicado el 24 de junio 1998 que reanudaría los atentados contra la Policía autonómica vasca tras ocho meses de tregua unilateral.
Además, el 18 de febrero de 2004, ETA anunció una tregua en Cataluña, después de haberse entrevistado en Perpignan (Francia) con el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira. Aunque el PP acusó a éste de haber pactado un alto el fuego sólo para la comunidad autónoma catalana, en el encuentro que mantuvo con Mikel Antza, y Josu Ternera Carod-Rovira lo desmintió.
El último alto el fuego parcial se produjo el 18 de junio de 2005, cuando anunció el cese de sus acciones contra los electos de “los partidos políticos de España”.