Las autoridades de Nueva Zelanda acusaron este miércoles al líder espiritual de la comunidad cristiana fundamentalista Gloriavale, el antiguo ingeniero de la Armada estadounidense Howard Temple, por una serie de agresiones sexuales perpetradas contra diez niñas y jóvenes entre 1998 y 2022.
Las presuntas víctimas de Temple, quien había comparecido previamente ante la justicia, sin que se pudiera divulgar su nombre hasta hoy por órdenes judiciales, tenían entre nueve y veinte años al momento de los abusos, según informó Radio New Zealand.
Temple, de 83 años de edad, compareció hoy ante el tribunal del distrito de Greymouth, en la costa oeste de la Isla Sur, en donde se declaró no culpable de los 14 cargos por asalto indecente y 13 cargos de actos indecentes.
Según documentos judiciales citados por la emisora pública, la mayoría de los cargos son "representativos", es decir que él cometió múltiples ofensas de este tipo en circunstancias similares.
La jueza Jane Farish del tribunal local le concedió la libertad provisional hasta el 31 de octubre cuando se celebre la siguiente vista.
Temple se convirtió en el líder espiritual o "sucesor designado del pastor supervisor" de Gloriavale tras la muerte en 2018 de su fundador Neville Cooper, un predicador australiano quien fue condenado en 1995 por abusos sexuales a una mujer.
El antiguo ingeniero de la Armada estadounidense, anteriormente conocido con el nombre de Howard Smitherman, llegó al país hace varias décadas cuando estaba en servicio, en donde se casó con una mujer neozelandesa, según publicó hoy el diario New Zealand Herald.
Temple ha ocupado durante más de cuarenta años varios puestos de liderazgo en Gloriavale, una comunidad cristiana aislada de unos 600 feligreses que viven aislados, siguiendo sus interpretaciones de las enseñanzas del Nuevo testamento, en la localidad rural de Haupiri (Isla Sur).
Gloriavale, creada por Cooper en 1969, emitió en 2022 una disculpa pública por una serie de abusos sexuales, incluyendo algunos de menores, así como por la explotación laboral en el seno de esta comunidad, tras la vasta investigación policial emprendida por la Policía, que se tradujo en el encarcelamiento de varios de sus miembros.
Además, la Comisión Real de Investigación sobre Abuso en el Cuidado de Nueva Zelanda, que se estableció en 2018, también ha abordado los casos de abusos sexuales y físicos dentro de esta comunidad.
"Escuchamos innumerables historias de abuso sexual, y cómo los miembros de la familia no testificarían sobre sus propias hijas o hermanos o primos, o tías o tíos, porque simplemente tenían miedo. Viven con miedo", expresó Fergus Grady, autor de un documental sobre Gloriavale, en una entrevista el año pasado con la cadena pública australiana ABC.