El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, confesó que tiene "confianza" en que "puedan producirse avances importantes" en la reunión que mantendrán este miércoles patronal y sindicatos en el marco del diálogo social y, en concreto, expresó su deseo de que "al menos" pueda "desencallarse" el escollo sobre los "temas contractuales".
"Es un día importante de trabajo entre los agentes sociales y vamos a esperar al final del día a ver qué da de sí. Yo tengo confianza en que puedan producirse avances importantes", comentó Corbacho en los pasillos del Congreso.
Preguntado sobre si prevé que al final pueda haber un acuerdo y el Gobierno no tenga que impulsar su propia reforma laboral, el ministro insistió en que desde el primer momento el Ejecutivo trabajó con el objetivo de que los cambios en esta materia fueran "consensuados y acordados" y reiteró que fue "sensible" cuando los agentes sociales pidieron un ampliación del plazo para "facilitar los acuerdos".
"Hoy por hoy en nuestra agenda lo que preside es la clara voluntad de concertación, diálogo y acuerdo", explicó Corbacho, quien, no obstante, recalcó que el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró esta mañana en el Pleno del Congreso que el Ejecutivo "debe acometer un conjunto de reformas" y que, entre ellas está la relativa al mercado de trabajo.
Corbacho detalló que en este momento las dos materias que están "dificultando un posible acuerdo" entre patronal y sindicatos son las cuotas a la Seguridad Social y "todo lo que tiene relación con el tema contractual". Respecto al primer asunto, admitió que "en el actual contexto es difícil pensar que ese tema se pueda abordar", pero sí se mostró más optimista en relación con los modelos de contratación: "Vamos a ver si hoy se puede desencallar al menos esta segunda materia", comentó.
Los sindicatos temen un "decretazo" del Gobierno
Los máximos dirigentes de CC.OO., UGT, y CEOE, Ignacio Fernández Toxo, Cándido Méndez y Gerardo Díaz Ferrán, respectivamente, se reúnen este miércoles para intentar cerrar un acuerdo en torno a la reforma laboral dentro del plazo dado por el Gobierno, que acaba el próximo lunes, confirmaron a Europa Press en fuentes de la negociación.
El encuentro se prevé largo y decisivo, y de él podrían derivarse tres escenarios posibles: acuerdo, ruptura o darle otra posibilidad a la negociación en los días que restan hasta finalizar mayo.
Dentro de los agentes sociales, hay opiniones para todos los gustos sobre cómo acabará este proceso que se ha visto contaminado por las medidas antidéficit del Gobierno y afectado de alguna manera por las dudas en torno a la continuidad de Díaz Ferrán al frente de la CEOE.
De cara a la galería, hay más optimismo que pesimismo sobre las posibilidades de acuerdo, pero entre bambalinas se reconoce que la cosa no está fácil.
Los principales escollos, reconocidos por el propio ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, son las modalidades de contratación y la rebaja de cotizaciones sociales, una aspiración que sigue manteniendo la CEOE aunque a menor intensidad, pues ya parece haber renunciado a que por ahora las cuotas empresariales a la Seguridad Social se rebajen hasta asemejarse a la media europea.
Lo cierto es que en este proceso de negociación hay muchas cosas en juego. Díaz Ferrán, cuya marcha de la CEOE ya se da casi por hecho en muchos círculos empresariales, saldría mejor parado si por lo menos acabara su paso por la Presidencia de la patronal con un acuerdo en torno a la reforma laboral.
De momento, y según fuentes consultadas por Europa Press, sus vicepresidentes se han negado a darle carta blanca para firmar un acuerdo con sindicatos y Gobierno sin someterlo antes por la Junta Directiva de la patronal.
Pero si la negociación acaba sin acuerdo, la CEOE sabe que el Gobierno legislará y que el contenido de la reforma podría favorecer a los empresarios porque de algún modo se abaratarían los costes del despido si se universalizara a todos los colectivos el contrato de fomento del empleo estable, cuya indemnización es de 33 días por año trabajado frente a los 45 días de los indefinidos ordinarios.
Los que más temen un 'decretazo' del Gobierno son los sindicatos, que ya no se fían del jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, tras el 'tijeretazo' que le ha dado al gasto social y por haber vulnerado el acuerdo firmado con los sindicatos de la Función Pública.
Así, los sindicatos creen que si no hay acuerdo con la patronal, el Gobierno podría echarse de nuevo al monte e imponer una reforma laboral con recortes para los trabajadores. Eso sí, si el Ejecutivo opta por esa vía, se asegura la convocatoria de una huelga general en España, que es algo que hasta ahora se ha empeñado en evitar a toda costa.
Así las cosas, después de un proceso de negociación que lleva ya meses en marcha y que ya vivió un episodio de ruptura el pasado mes de julio, la reforma laboral continúa abierta y todo parece posible.
Lo decía ayer el presidente de la CEOE: "El lazo no está puesto todavía a ningún tema y todos sabemos (Gobierno, sindicatos y empresarios) que el lazo es fundamental. Hasta que no pongamos el lazo en el paquete no podemos decir que hay acuerdo en nada", afirmó.
Desde el Gobierno, el ministro de Trabajo ha dicho esta misma mañana que tiene "plena confianza" en que habrá acuerdo y que no contempla la hipótesis de que éste no sea posible. Ahora bien, Corbacho ha reiterado lo que vienen diciendo en las últimas semanas distintos miembros del Ejecutivo: si no hay acuerdo, el Gobierno tomará las decisiones que estime oportunas.