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la pataleta del pp en el pleno y las consecuencias de su moción

Nadie puede discutir el derecho a un partido político a romper los acuerdos alcanzados con otras formaciones. No existen en política acuerdos de por vida, a pesar de que el sentido común debería prevalecer en las políticas de alianzas o pactos.

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Nadie puede discutir el derecho a un partido político a romper los acuerdos alcanzados con otras formaciones. No existen en política acuerdos de por vida, a pesar de que el sentido común debería prevalecer en las políticas de alianzas o pactos. Debiéndose evitar, en todo momento, los saltos al vacío por quienes imprimen un cambio de rumbo a sus acuerdos. 

Los resultados electorales de las municipales de hace dos años, depararon la posibilidad de pactos en Almuñécar y la Costa Tropical entre el PP y CA. El pacto de gobierno en la Mancomunidad de Municipios, donde CA respaldó a Carlos Rojas en la Presidencia, propició un acuerdo de gobernabilidad en Almuñécar. Los temas trascendentales se consensuaban, e incluso hubo un respaldo masivo en las generales del año pasado por parte de la formación nacionalista hacia la candidatura popular, al no presentarse CA al Congreso. 

Todo esto, inexplicablemente, se ha ido al traste con el anuncio de la presentación de una moción de censura del PP dirigida contra el gobierno municipal de Juan Carlos Benavides (CA).En un sainete esperpéntico, sin justificación alguna, Trinidad Herrera daba un salto al vacío y se postulaba como alcaldesa. La falta de respaldo a su propuesta, especialmente por parte del PSOE, la ha dejado fuera de lugar. Pero era obvio que esto no podía quedar como un mero brindis al sol. Y las consecuencias no se han hecho esperar. Tanto en clave local como del propio gobierno de la Mancomunidad. 

La reacción del alcalde de cesar a dos cargos de confianza del PP, es lógica y sustentada en esa pérdida de confianza de quien los nombra. En el Pleno de ayer, se cesaba también a uno de los dos representantes populares en la Mancomunidad para nombrar a una concejala de CA. El reequilibrio de fuerzas y representatividad ha derivado en la proporcionalidad lógica de los resultados electorales. Hasta aquí la lógica política. 

Pero lo que no se puede aceptar es la pataleta del PP en el Pleno de ayer. Es una falta de respeto a la voluntad de los ciudadanos. Han hecho los populares aquello que tanto criticaban hasta hace poco a los concejales del PSOE: la pataleta y el abandono el el máximo órgano municipal.

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