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El Puerto

Tribuna libre de Alfonso Candón

Columna de opinión del alcalde.

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Tolerancia y respeto son valores que desde el día de mi toma de posesión me comprometí a que fuesen referencias del compromiso que como alcalde de esta ciudad asumí con toda la ciudadanía. Hoy me toca recordarle a aquellos que se proclaman demócratas y guardianes de los valores morales de la democracia que sus prácticas intimidatorias son propias del totalitarismo.

Sé que por razón del cargo me corresponde asumir el apoyo y el rechazo de la ciudadanía, pero me parece injusto que, por el capricho de unos cuantos, mis hijos sufran escuchando insultos hacia su padre, que sientan temor por la algarabía que se formó hace unos días en la puerta de mi casa, y se pregunten por qué.

¿Qué les digo entonces a mis hijos? ¿Qué hay unos cuantos intolerantes que piden que se respeten sus derechos y vienen a mi casa a violar los míos? He aceptado que me graben en vídeo, me saquen imágenes, que injustamente se me presionase en los medios de comunicación, que se me insultara sin que respondiese a estas bofetadas de la intolerancia, nunca puse ni pondré trabas al ejercicio de los derechos ciudadanos, pero lo que no voy a tolerar es que mi familia sea victima del atropello y el insulto.

Ahora toca decirle a los que han escrito sobre mí que si estos son los valores democráticos que propugnan yo estoy contento por ser como soy y satisfecho por ser coherente con los valores de la democracia.

Debo expresar que como persona y como alcalde voy a defender con vehemencia los derechos que constitucionalmente nos corresponden y no voy a permitir que se vulnere mi derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen que la Constitución española recoge en su artículo 18.

También me gustaría dejar claro a los medios de comunicación que nunca entro ni salgo en lo que se publica, pero hoy debo aclarar que es faltar a la verdad decir que en mi casa había mas personas de las que realmente estaban.

No quiero que nadie me favorezca, pero tampoco que se me perjudique diciendo lo contrario a lo que es. No me importa el número de personas que viniera a mi casa, con uno que, con un megáfono, hubiera intentando invadir los derechos de mi familia, es suficiente para que denuncie este tipo de actos.

Pero no es de recibo que se diga lo que no es. Por último quiero deciros que con mas ganas que nunca voy a seguir siendo fiel a mis principios democráticos y que pondré todo mi empeño en defender los derechos de toda la ciudadanía portuense sin exclusiones, reiterando mi firme compromiso personal y político para hacer de El Puerto de Santa Maria una ciudad mejor.

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