La prueba neurofisiológica a la que ha aceptado someterse el asesino confeso de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, permitirá orientar la búsqueda del cadáver de la joven sevillana mediante una técnica clínica que hasta ahora, en España, solo había autorizado un juez en Zaragoza.
Conocido como test de la verdad, prueba P300 o del Potencial Evocado Cognitivo, este examen es "más complicado" que el que realiza la máquina de la verdad porque se trata de búsqueda de restos en diferentes lugares y no trata de dilucidar "la verdad o la mentira".
Quien así lo explica es el doctor José Ramón Valdizán, el neurofisiólogo que ha realizado la única prueba de estas características en España, el pasado 18 de diciembre en el hospital Miguel Servet de Zaragoza a Antonio Losilla, presunto asesino de su esposa en la localidad zaragozana de Ricla.
Este test es el mismo al que ahora ha aceptado someterse Miguel Carcaño, una solicitud que el juez instructor de la investigación debe trasladar a la Fiscalía y a las partes implicadas, y de la que también ha sido informado Valdizán quien ha dicho a Efe que no tiene hasta el momento una comunicación oficial al respecto y para cuyo desarrollo, por tanto, no existe fecha.
El objetivo es averiguar si Carcaño tiene recuerdos del lugar donde ocultó el cadáver de Marta del Castillo, sobre cuyo paradero ha dado hasta siete versiones que han llevado a que las reiteradas búsquedas del cuerpo hayan sido infructuosas.
Para ello, Carcaño deberá desplazarse al Miguel Servet, donde se le colocará en la cabeza un "gorro de electroencefalografía" que registraría su actividad cerebral en una máquina mientras en un ordenador se proyectan fotografías y frases relacionadas con la búsqueda de los restos de la joven.
Tanto las imágenes como los textos serían preparados por la Policía Judicial que investiga el caso con el psicólogo correspondiente.
Valdizán prepararía los aspectos metodológicos de la prueba, es decir, el tiempo que tiene que estar una determinada fotografía en pantalla, que todas las imágenes sean parecidas, que las frases sean cortas o que el tiempo que cada texto permanezca en el monitor sea el mismo y no aleatorio.
Si el cerebro reconoce alguna de esas imágenes o textos emite un impulso eléctrico en 300 milisegundos y en la máquina se proyectaría una onda más alta que si no fuera conocido.
Así, Valdizán insiste en que la persona que se somete a esta prueba es "pasiva" y no tiene que hacer "nada" ya que simplemente "ante algo que tiene en la memoria y le impresiona, aumenta la altura de la onda".
Como ejemplo pueden poner a Carcaño fotografías de los alrededores del río Guadalquivir, donde ya se ha buscado el cadáver de Marta del Castillo, y ello debería dar una onda "muy poco alta porque ya ha sido descartado y no le impresiona nada", dice.
Sin embargo, si le pusieran la imagen de un pozo y el creyera que la joven pudiera estar allí "la onda saltaría" y la diferencia entre una y otra es "lo que importa, la diferencia entre lo que sea línea de base y lo demás y los estímulos que en su memoria le impresionan más y le tienen más impactado".
El doctor considera que, como se ha buscado el cuerpo de Marta en diferentes lugares, se utilizarán "menos frases y fotografías" que las que se proyectaron en la prueba pionera realizada a Losilla.
El neurofisiólogo opina que este examen es "fiable" porque se basa en la metodología del estímulo y la onda "existe, hasta los gatos tienen", asegura.
"Yo lo que presentaré al juez es un listado con el porcentaje de probabilidades" en función de las respuestas dadas sobre los posibles lugares sometidos a estudio, insiste Valdizán.
El doctor podría realizar también este test a los miembros del Grapo que secuestraron a Publio Cordón y, aunque no tiene comunicación oficial, sí ha reconocido que la familia del empresario zaragozano se ha interesado por el asunto.
