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El Loco de la salina

Los encajes

Y llegamos a la amnistía, palabra que quiere decir que nos olvidamos de todo y pelillos a la mar

Publicado: 10/09/2023 ·
18:00
· Actualizado: 10/09/2023 · 18:00
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Autor

Paco Melero

Licenciado en Filología Hispánica y con un punto de locura por la Lengua Latina y su evolución hasta nuestros días.

El Loco de la salina

Tengo una pregunta que a veces me tortura: estoy loco yo o los locos son los demás. Albert Einstein

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Está muy de moda eso de encajar, es decir, meter algo en una caja, aunque no quepa. Los muertos, con perdón, son los que mejor van encajados. El que lo dude, que se acerque a cualquier tanatorio. Para muchos políticos esto siempre es posible por muy gordo que sea lo que haya que encajar y muy estrecho el camino, siempre y cuando los ciudadanos sean tontos, y parece que este es el caso. Sin embargo no sé por qué nos complican la vida sin necesidad, porque los locos pensamos que todo, absolutamente todo, se puede encajar sin problemas. Para demostrarlo y que nadie diga que hablamos por hablar, aquí estamos nosotros los locos, que estamos encajados en este manicomio en contra de nuestra voluntad. Vamos a la demostración práctica.

Por ejemplo, el robo. ¿Qué problema hay? Dice el Código Penal en el art. 367: Comete el delito de robo: el que se apodera de una cosa ajena mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley. Aquí nadie se ha apoderado de ningún mueble, ni siquiera del mueble bar. Por tanto ya está encajado el tema siguiendo la ley al pie de la letra, y podemos llevarnos sin que nos persigan todo lo que no sea un mueble.

Por otra parte, dice la Constitución que la forma política del Estado español es la Monarquía Parlamentaria. Eso será la forma política, pero no dice nada del fondo, que es lo más importante y lo que tiene más sustancia. Luego fácilmente se puede deducir que el que calla otorga y por tanto en el fondo el rey está sobrando, con lo que ya tenemos la tercera república encajada perfectamente.

Y llegamos a la amnistía, palabra que quiere decir que nos olvidamos de todo y pelillos a la mar. La Constitución ni siquiera la emplea, aunque dice que no se podrán autorizar los indultos generales. Pero ¿qué problema hay? Hecha la ley, hecha la trampa. Echándole paciencia se puede ir indultando todos los días uno a uno hasta completar el cuadro de esta magnífica gente tan avispada.

Estas son ideas brillantes que se nos han ocurrido a los locos pensando y por las que no cobramos absolutamente nada, porque lo locos somos tan desprendidos, que las regalamos por la cara.

Y ahora vamos a ajustar lo de la autodeterminación, cosa que no tiene ningún problema. Autodeterminación es, según su etimología, estar determinado a montarse en un auto. Pero en un auto no van a caber todos esos señores, por lo que más vale en varios autos, que podrían poner rumbo a Francia para tranquilidad de ellos y sobre todo nuestra, cuando los veamos todos juntitos en convivencia feliz.

En definitiva, si se trata de encajar Cataluña en España, también se podría coger un serrucho e ir recortando Cataluña desde los Pirineos. ¿No va a haber un hueco cerca de Extremadura donde completar el puzzle? Y tampoco el desierto del Sahara sería un mal sitio, porque así solitos es como les gusta a estos catalanes de pro. Ahora parece ser que estos distinguidos señores tampoco quieren el encaje. Es que no han probado esas figuritas crujientes que rodean a un huevo frito. Podría ser por ahorrar, porque eso les costaría un huevo. Total, que si no se hace el encaje es porque no se quiere.
Por lo que a mí respecta, espero con ansiedad que, cuando los cuerdos lean este escrito y vean la sensatez con que está redactado, al menos por agradecimiento me dejen ya fuera de este manicomio y libre como el viento.

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